Lunes, 4 de marzo 2024, 01:00
El 11 de marzo de 2004, el donostiarra Iñako Usoz Iraola, entonces jefe de Traumatología del Hospital Universitario de Getafe, escuchó desde su casa, a una manzana de la madrileña calle Téllez, un tremendo estruendo, se asomó al balcón y vio gente «corriendo ensangrentada». Salió ‘…
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