Diario Patria
POLÍTICA

Ha comenzado la desbandada socialista


Buenas a todos,

Esta vez he escrito un largo comentario con el que pretendo hacer énfasis sobre los entresijos de las ideas que defiendo. Así habrá más posibilidades de que se capten algunas ideas clave.

Como vengo diciendo la democracia es una utopía posible. Las demás utopías me parecen improbables por motivos que sería largo de explicar, la libertad es lo que importa.

La manera más práctica de llevarla a cabo, que a mi modo de ver entiendo, es una vez teniendo una cultura a favor de la libertad, hacer encuestas a la población, donde los encuestados son al mismo tiempo artífices de las preguntas de las siguientes encuestas. De esta manera se cierra el círculo y la ciudadanía controla tanto las preguntas como las respuestas. Con eso y teniendo un sistema de partidos, la revelación de la verdad del pueblo provoca automáticamente cambios en la política. Directa o indirectamente.

El método que he propuesto en otras ocasiones no es relevante, pues no hace falta que sea exactamente de una manera, pero podría haber algo mejor, mientras se logre el resultado que se busca. El efecto es lo que importa.

Veo importante el enfoque en la prioridad de los asuntos, así como que el ciudadano puede cuestionar la propia pregunta. Pues por ejemplo es fácil decir que se apoya la libertad, pero casi siempre hay un “pero…” El detalle es lo que importa, esos peros son las verdaderas decisiones políticas del pueblo.

La cultura “progre” en occidente es una maraña de confusiones que tiene que ver con enredar las prioridades de la gente, con intereses detrás. Por esto es complicado que haya gente que deje de serlo, la abstracción de sí mismos al respecto del entorno, con la manipulación que viene de atrás, con esta confusión de prioridades. Por eso el discurso lineal, y uno a muchos, por ejemplo este mismo texto, un libro, un audio, etc. o un debate, o un diálogo normal, están desfasados. Tendría que ser más interactivo y visual.

Normalmente se suele hablar de la dialéctica como algo entre un lado y otro, pero la conciencia, la verdadera libertad, identidad e inteligencia, no está presente en los grupos, es fruto de una especie de dialéctica entre la parte con el todo. Una transmisión entre la parte y el todo, donde además de discurso lineal textual hay significado esquemático.

Pero si también lo promueven dentro del sistema mejor, el que se identifique con el método y lo que se hace, se sentirá representado con un partido político que lo respalde y sea afín.

Se puede lograr que un pueblo entero actúe con inteligencia, incluso un pueblo masivo, una civilización de grandes números. Ya los números no importan si el método es adecuado. No importa si el pueblo son cien, mil o millones. El método de trabajo precisamente se encarga de suplir el defecto de los grandes números a la conciencia colectiva presente en los pequeños de tiempos pretéritos.

Esto tiene que ver con todo los temas que trato. Por qué el socialismo tiene tan buena prensa y marketing, sin embargo, es un completo horror en la práctica. Y justo al contrario pasa con el liberalismo, cuyo marketing es horroroso, pero en la práctica es de los mejores modelos políticos que conocemos en todos los aspectos. La ideología de los pequeños números en los grandes produce la devastación.

El socialismo ha traído de tiempos pretéritos la religión de las tribus que eran de pocos miembros a sociedades de millones de personas, que ya se habían adaptado a las nuevas religiones que nacieron con la civilización.

Esto no sucede por conspiración malvada. Sí hay conspiración seguramente, pero no es el factor de verdad que hace que sea así. Hay un factor humano en esto que trato de desentrañar, pero apunto a que la conexión de pueblo con pueblo, iría a lograr que el pueblo no se despiste persiguiendo quimeras y no caiga en tendencias extrañas.

En el socialismo hay una persecución de resultados y lugares comunes deseables que cambian con la época, por eso puede ser visto como la demagogia de cada tiempo. Son retóricas de resultados. Por eso es fácil caer. La demagogia existe.

En el liberalismo, hay defensa de principios de sociedad. Son retóricas de principios. Que apenas cambian con el tiempo, porque son esencialmente los mismos. Y la gente da por sentado que NO están amenazados. Y cuya moral es auto-evidente. Como en el ultimo comentario sobre la abstención. Pero no es cierto. Solo están en una minoría del mundo y cada vez están más destruidos por el avance de un socialismo global y otras ideologías totalitarias promovido por élites económicas.

Son dos ideologías contradictorias pero en verdad están hablando de distintas cosas. La demagogia funciona porque esquiva detalles importantes tapándolos con asuntos de importancia general, como tener comida, trabajo y casa.

Es fácil defender “pan, trabajo y techo”, o sea, resultados, como hacen socialismos, pero para que haya un techo debe haber un suelo. La patria está amenazada ahora mismo. Para que haya un trabajo, se tiene que respetar la propiedad y libertad para trabajar, y no la hay porque el socialismo la destruye. Y el alimento está para alimentar vida, no para alimentar muerte. La lógica del decrecimiento es un disparate, es un genocidio de una etnia y cultura a favor de otras. La agenda 2030 es genocida contra los pueblos europeos nativos. Pero hay que destacar que en España, el PP es su máximo promotor. Se explica por todo lo que llevo razonando, el PSOE ya tiene su propio socialismo no necesita abrazar uno nuevo, no obstante, también apoya la agenda por coincidencia ideológica y totalitaria. El PP en la cacería del marketing, presuntamente siendo liberal abraza retóricas de resultados, esto es un error viejo conocido, no es nuevo, pero por más que se diga no lo ven.

Incluso los votantes de socialismo creen que los principios liberales de los que se benefician no están amenazados por votar socialismo pero lo están y los van perdiendo de a poco. Es peor, cuanto peor están, pasa que no son capaces de ver el problema y siguen pensando que el socialismo que se los promete con más énfasis, con más gritos y con más populismo, les va a entregar esos bienes, con el empeoramiento cuesta abajo de la sociedad. La mentira cada vez es más grande. Cuanto peor estemos, más se abrazarán a la agenda 2030 esperando que caigan frutos de ella como si fuera algo mágico. Hay que dar portazo con rotundidad a las agendas globales, ser claro en el mensaje, tratar de no ser ambiguo, defendiendo una cosa y la contraria.

Por eso esto es un drama y un desastre que puede durar décadas en una sociedad. Uno que sea consciente de esto, por ética no debería abstenerse en unas elecciones si puede votar en contra de la mentira como forma de hacer política. Porque nadie quiere ver hundido a su país engullido hacia adentro por este agujero negro ideológico, sea el socialismo nacional o global. La destrucción es doble.

Algunos críticos del socialismo deberían ver que el socialismo no siempre defendió la igualdad, la igualdad es bandera del socialismo a veces, pero no es la esencia, puede que sí sea esencia en el comunismo, cuya palabra claramente hace referencia a “común”. La esencia del socialismo es la unidad del pueblo con el Estado y con el gobierno. Sea la manera que sea.

Otros críticos del socialismo también deberían ver, como expresé también en otras ocasiones, que ese deseo de sociedad integral es universal y está desde siempre. Por eso algunos van diciendo que la Agenda 2030 es el nuevo evangelio. Es que han creado una religión tribal para un pueblo civilizado.

Más allá de que eso es un desastre, lo que importa es que los críticos deben comprender como el sentimiento religioso es real en el ser humano, y puede cobrar formas políticas peligrosas. Como es el islam, y el globalismo 1. Que es “woke”, orwelliano, hipócrita, belicista, caótico, contradictorio y destartalado.

He explicado que la evidencia demuestra que el liberalismo es mejor en los hechos, pero no es plenamente satisfactorio y esto lo saben todos los liberales también. Aislar el componente religioso que fundamenta el liberalismo durante la Ilustración, seguramente tiene algo que ver con el triunfo de marketing del socialismo, pero aún así no es eso el tema que quería mencionar.

Sobre esto, algo también apunta Ponerología Política, donde se compara el socialismo del siglo XX con el catolicismo de la Edad Media, que era poder político absoluto con una corrupción y persecución brutal al disidente ideológico a la más mínima discrepancia. En ese mismo libro, el autor defiende la religión cristiana actual, como uno de los elementos favorables a la superación de la patocracia.

Con el socialismo hemos vuelto a meter la religión en el gobierno, y de obligatorio adoctrinamiento en las escuelas, en diversas formas, con lo peor es que se trata de una religión tribal que producirá una casta parasitaria y empobrecimiento generalizado del pueblo y pérdida de libertades. De ahí la cultura de la cancelación, la censura del otro, la persecución del disidente.

Necesitamos nuevas dosis de retóricas de principios. Empezando por la vida, la libertad y soberanía. El capitalismo no es una ideología como dije en otras ocasiones, este es otro error de los críticos del socialismo. El capitalismo sigue existiendo incluso cuando todo el mundo es socialista. O bien es capitalismo de Estado, o es esclavismo, capitalismo de poseer a las personas, como capitalismo de poseer su conciencia, ser capaz de manipularlas con la propaganda masiva, de la plutocracia mediocrática que es la más viva representación del poder, imponiendo discurso y hechos. Siempre existe un mercado, una capitalización sea de bienes declarados o sin declarar, legales o ilegales, o personas, o favores.

Lo que mejora las condiciones de vida es la mejora del grado de orden por uno más eficiente y donde se respeta la dignidad humana. De lo que se trata en el liberalismo es de defender la libertad y dignidad.

Son retóricas de principios. Y que además están presentes en la mayoría de religiones. Las que yo considero verdaderas. Pues un culto totalitario como el islam no debería ser considerado religión porque ataca la libertad y la dignidad humana. Es un veneno disfrazado de religión, que alguien soltó por el mundo y la gente tiene que empezar a darse cuenta y dejar de confundirlo con una religión.

El capitalismo no necesita a nadie que lo defienda, siempre existe. Es como la ley de la gravedad. Lo que comunente se achaca negativamente al capitalismo es la falta de acuerdo entre las personas afin de tener lazos relacionales contributivos, reducidos a la minima expresión del canje de bienes o servicios como las antiguas tribus para evitar los conflictos y guerras. Por esto es que el libre mercado es pacificador.

Lograr estos lazos superiores al canje de bienes mercantiles y de servicios, no altera la ley de la gravedad, solamente hace que dicha ley que empuja hacia abajo no sea lo suficientemente pesada como para impedir la vida en comunidad y armonía hacia una mayor colaboración que reduzca el desperdicio energético.

Se trata de ganar un mayor grado de orden social y eficiencia humana, donde la democracia es el ideal. Donde lo peor posible es esclavitud, conflicto y guerra. Y las relaciones de libre mercado son un punto intermedio neutral. Este punto neutral siempre es mal entendido y mal defendido, ya decía Ayn Rand, “Dios salve al capitalismo de los defensores del capitalismo”.

Parte del canje más allá del libre mercado que el individuo ofrece a la sociedad son los deberes constitucionales, su patriotismo, y otros compromisos que puede adquirir, según lo que quiera recibir a cambio.

La democracia es todavía ir más allá. A nadie le gusta que otro le robe sus posesiones, muy diferente de pedirlas prestado y que la otra parte acepte, quizás con un compromiso de devolver el favor, creando un vínculo.

Lo que no es admisible es que unos vivan a costa del esfuerzo de los otros, a cambio de nada, y además empeorándoles en todo, eso lo produce el socialismo nacional y global. Lleva a la guerra claramente. A la esclavitud y conflicto. ¿Y por qué lo produce? ¿Por qué el socialismo produce lo contrario de lo que predica? Así que estamos yendo hacia atrás, ojalá tuviéramos solo libre mercado, sin parasitismo. Pues sería un avance hacia la democracia.

El socialismo se cree que la democracia, el ideal, se pueden imponer, y un orden por la fuerza o coerción de arriba a abajo o desde otras estructuras externas de poder, es totalitario, por eso un desastre, ataca la dignidad humana, viola al ser humano. Después se inventa mentiras cada vez más grandes para justificarlo, como las teorías críticas para justificar los abusos y conflictos que va generando.

El orden social debe nacer desde dentro de las personas, desde su consentimiento natural, los socialistas creen que la gente aceptará empobrecerse edulcorando constantemente su desastre con palabras y promesas que suenan bien, con discursos populistas fervorosos. Pero van a peor. No hay ninguna necesidad de empobrecimiento para alcanzar un mayor grado de orden social. Solo haría falta política en interés del ciudadano de bien y trabajador/productor, el núcleo gravitacional del interés debe permanecer en el ciudadano de bien y que produce a tiempo presente. Con lograr eso el mercado se movería de manera natural, pues lo otro supone una violación, quitar al ciudadano en contra de sus intereses es robar. Quitar a su favor no es robar. Y puede que le parezca bien y lo vote. Ahí la gran diferencia entre las tradiciones de socialdemocracia de origen socialista y de origen liberal sindicalista.

No respetando la libertad de las personas se destroza el mundo. Es la misma diferencia que hay entre amor y violación. Con palabras de amor ofrecen al mundo violación. ¿A que hay una gran diferencia entre amor y violación? Pues para ellos no pues es como que “objetivamente” más o menos es lo mismo al fin y al cabo, y ambas cosas lejanamente tienen algo que ver con la reproducción. Pero claramente no.

Pues precisamente esa diferencia es lo que convierte el socialismo en horror. Haya o no haya una cultura de libertad, la libertad es algo universal en tanto cada ser humano siempre va a decidir, aunque otros les estén obligando o esté feliz obedeciendo directrices sin cuestionar.

Las retóricas de principios son las que de verdad producen avances sociales. Y las de resultados tienden a producir desastres, por los motivos que trato de explicar, tiene que ver con los instintos, con la psicopatía, con el desapego e incomunicación y descontrol entre los grandes numeros de individuos.

Un ejemplo muy claro de estos son los casos de corrupción del PSOE, somos casi 50 millones en España. Es difícil que todos estemos pendientes de que hay unos cuantos intermediarios públicos metiendo la mano en la caja nuestra, nuestro dinero, y robando el de las ayudas de Europa, de los Eres, etc. pues ni siquiera sabemos quienes son, salvo por “ayuda” de otros intermediarios como son los medios de comunicación. Así pues, ¿Y si esos mismos medios de comunicación fuesen también cómplices? Con eso tenemos que una banda de unos pocos más o menos bien coordinados puede confundir y arruinar a toda la población de 50 millones que no se enteran, y que los manejan con discursos populistas, demagogia y noticias falsas. Pues no los ven diariamente, no tratan con ellos, no los ven en las marisquerías, contando los billetes, en los prostíbulos, o consumiendo cocaína. Así pues es difícil que les paren los pies.

Sin embargo, el liberalismo defiende la libertad, por tanto, la separación de poderes, defiende la propiedad privada, ante cualquier abuso el ciudadano tiene más posibilidades de defenderse, y la justicia de actuar. El vínculo entre medios de comunicación y políticos es contraria a la libertad. Por eso dejamos de ver esos medios, nos manipulan constantemente en todo. El liberalismo no robaría ayudas a parados, porque la mejor ayuda a los parados que defiende es dejarles trabajar, no darles dinero. El liberalismo no compraría agricultores y sindicatos, por las mismas razones. Dejarles trabajar, dejar de asfixiarles a regulaciones e impuestos, los sindicatos deben funcionar por sí mismos, no con ayudas del gobierno, pues resultaria contradictorio, dejarían de servir a los afiliados. ¿Compraría mascarillas un gobierno liberal? La mayoría de la gente se compró de su bolsillo las mascarillas, hemos perdido dinero al hacer que el gobierno compre para sectores públicos. Porque han robado. Habría sido más sencillo aumentar la partida presupuestaria para sufragar el gasto en mascarillas en los sectores públicos que harían uso de ellas, que las comprarían de manera independiente como organismo o como usuarios. Yo he trabajado en algún sitio donde había que usar mascarilla, y he llevado una propia todos los días. Además porque eran de tipo lavable y eran mejores.

Con esto quiero decir que la economía funciona mejor cuando las personas hacen uso de su dinero libremente, contaminan menos, gastan menos, roban menos dinero.

No necesitamos que nadie venga a ayudarnos lo que necesitamos es que respeten nuestros derechos, lo cual es gratis y no lo hacen. Con que nos dejen vivir y ser libres en un país realmente soberano, no necesitamos mucho más. Como dice Bukele, “El dinero alcanza si no se roba”.

Un saludo.

Una información de Voto en Blanco

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