Cien rosas depositadas en el lugar exacto donde ETA político-militar le asesinó servirán para recordar para siempre a Juan de Dios Doval de Mateo. Cien rosas blancas que simbolizan el cariño profesado al que fuera dirigente de UCD y profesor de Derecho al que ETA mató en San Sebastián hace 42 años, el 31 de octubre de 1980. Ahora, la ciudad le rinde un homenaje con la colocación de una placa en su memoria en un acto que reunió ayer en Donostia a gran parte de su familia.
El día que lo asesinaron tenía 37 años, estaba casado con Emma Inclán y era padre de Juan de Dios, de 7 años, y de Ruth, de 5. Profesor de Derecho Procesal en la UPV, Doval llegaba tarde a trabajar esa mañana lluviosa de octubre. Poco antes de las nueve salió de su casa en el barrio de Lorea y se subió a su Simca 1200, para ir a clase. No tuvo ni tiempo de arrancar el motor del vehículo cuando dos terroristas le dispararon y se dieron a la fuga.
Ayer, el alcalde Eneko Goia lamentó que «el ‘único ‘pecado’ de Doval fue pertenecer a un partido político» y que con este homenaje se quiere recordar «que fue asesinado de forma injusta, y decir a su familia que siempre estará con nosotros, con todos los donostiarras». Palabras que emocionaron a los más de cien familiares, amigos, compañeros de profesión y representantes políticos que se dieron cita y depositaron las rosas blancas en el lugar donde los terroristas dispararon a bocajarro al profesor.
«Nadie merece ser asesinado. Nuestro padre fue un buen hombre al que mataron por sus ideas. Pero si sus asesinos pretendieron que su familia viviese en el odio, no lo han logrado. Aquí estamos, en San Sebastián, 42 años después, sin odio y emocionados por que tanta gente le recuerde con tanto amor». El hijo de Doval, que lleva su mismo nombre, junto a su hermana Ruth y cuatro de los nietos abrieron con la ofrenda floral y un minuto de silencio un acto muy sentido, con el fondo de la banda de txistularis interpretando las notas del ‘Agur Jaunak’.
Un acto en el que la familia estuvo arropada por el alcalde de San Sebastián y una nutrida representación del Ayuntamiento donostiarra como, entre otros, Jon Insausti, Marisol Garmendia, Borja Corominas o Jorge Mota, así como el subdelegado del Gobierno central en Gipuzkoa, Guillermo Echenique; José Antonio Rodríguez Ranz, viceconsejero de Derechos Humanos y Memoria del Gobierno Vasco; Rafaela Romero, diputada foral de Movilidad y Ordenación del Territorio, o el presidente de las Juntas Generales de Gipuzkoa, Xabier Ezeizabarrena. También quisieron rendir homenaje a Doval, Maixabel Lasa, viuda de Juan Mari Jáuregui, asesinado por ETA; el exlíder del PP vasco, Alfonso Alonso o el periodista Fernando Jáuregui.
«Orgullosa»
Una hora ante de este homenaje en el barrio de Lorea, la hija de Doval confesó en el acto privado que tuvo lugar en el Consistorio donostiarra su sensación «agridulce, feliz y orgullosa por el merecido reconocimiento a mi padre, una honra que pone de manifiesto la injusticia y sinrazón de su asesinato cuando yo era solo una niña de cinco años».
Con el tributo a Doval, suman ya un total de 24 las placas que el consistorio ha colocado en la capital guipuzcoana dentro de la iniciativa municipal impulsada desde la pasada legislatura para dar visibilidad en el espacio público a las víctimas del terrorismo y la violencia política.
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