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HISTORIA DE ESPAÑA - ARCHIVO

¿Quién tuvo la culpa de la guerra civil? – La Historia de España


Este es el guion completo de las tres sesiones del juicio para determinar quiénes fueron los culpables de la guerra civil, con pruebas sólidas desmontando las justificaciones empleadas por los golpistas del 18 de julio.

Inicio del juicio y alegatos de apertura

[Murmullo. Llega el juez desde la derecha]

JUEZ: [Golpea con el mazo] ¡Silencio en la sala! ¡Orden, orden, por favor!

[Plano del Fiscal y de la Defensa, atentos.]

JUEZ: Hoy nos reunimos para dirimir responsabilidades por el estallido de la guerra civil española. Este va a ser un juicio largo, así que aviso a los litigantes y al público que dividiremos este juicio en tres sesiones para hacerlo más digerible y publicaremos un resumen corto para los que tengan poca capacidad de atención. Dicho esto, están acusados los militares y civiles del bando nacional presuntamente implicados en la preparación del golpe de estado. Como ya fallecieron todos, la Defensa representa a sus herederos materiales e ideológicos que justifican las actuaciones de los presuntos conspiradores. No sé si es muy útil abrir este caso ochenta y ocho años después de los hechos, pero el Fiscal ha insistido en abrir el caso. Por favor, señor Fiscal, tiene la palabra para su alegato de apertura.

FISCAL: Gracias, señoría. Permítame expresar que la Fiscalía sí cree que era un imperativo moral de España hacer este juicio como forma de reparación histórica para las víctimas de aquellos hechos. También permítame corregirle en el uso del término bando nacional, porque como explicaré en el juicio, de nacional tenía poco. Les puede llamar sublevados o golpistas, porque eso es lo que son.

DEFENSA: ¡Qué infamia! ¡Ellos eran la España verdadera, los separatistas catalanes sí que son golpistas! ¿Cómo puede considerarse esto un juicio justo si el Fiscal es un rojo sectario? ¡Mírele la gorra comunista que lleva!

[Plano del Fiscal mirando hacia su frente]

JUEZ: [Golpea con el mazo] Orden, la Defensa no tiene la palabra. ¿Por cierto, está bien su voz?

DEFENSA: Bueno, estoy un poco cascado ya, los años no perdonan.

JUEZ: Mire, independientemente de la filiación política del Fiscal, yo soy quien emitirá un veredicto imparcial en base a las evidencias que presenten las dos partes. Espero que ambas partes contribuyan a un juicio sosegado. Por favor, Fiscal, continúe.

FISCAL: Como iba diciendo, los conspiradores civiles y militares del golpe de estado que dio lugar a la guerra civil deben ser juzgados por provocar una guerra de exterminio de españoles que no pensaban como ellos, una guerra contra la República y su gobierno, y una guerra que llevó a una dictadura que, aun habiendo vencido, no dejó de reprimir a sus potenciales opositores. Veamos algunas de las consecuencias de la guerra civil en cifras. A causa de la guerra civil española se estima que murieron entre 500 y 735.000 personas, el equivalente a entre el 2 y el 3% de la población española de 1936. Entre 150 y 200.000 murieron en el frente de guerra y por bombardeos. [Mostrar hoja vertical] 130.000 camaradas fueron víctimas de la represión del bando sublevado y 50.000 adicionales fueron ejecutados por la dictadura franquista entre 1939 y 1945.

Víctimas de la represión sublevada y republicana durante la guerra por Comunidad Autónoma, por Francisco Espinosa

50.000 fueron víctimas de la represión republicana, que no habría sucedido para empezar sin el golpe de los fascistas. Enrique Moradiellos calcula entre 346 y 380.000 muertos por privaciones de la guerra, como las enfermedades y el hambre. Entre 400 y 600.000 niños no nacieron debido a la caída en picado de la natalidad. 34.000 niños fueron evacuados de España lejos de sus familias durante la guerra civil. La guerra civil produjo unos 600.000 refugiados españoles, y entre 200 y 300.000 de estos se convirtieron en exiliados permanentes que no regresaron jamás a España. Por la muerte y exilio, España perdió mucho capital humano, incluyendo los mejores científicos, maestros y artistas del país. Por las secuelas de la guerra, la autarquía y las pésimas decisiones económicas del régimen franquista hubo una hambruna entre 1939 y 1942 en la que murieron al menos 200.000 españoles.

Por no hablar de las grandes secuelas en la salud de los españoles a largo plazo con un menor desarrollo físico y mental por la desnutrición. Fue con los azules, y no con los rojos, cuando fue tiempo de hambre y piojos. [Mostrar hoja vertical] Un mínimo de 150.000 presos políticos de las cárceles y campos de concentración franquistas fueron usados como esclavos en trabajos forzados, más de 20.000 adicionales fueron enviados a la Alemania nazi para saldar las deudas contraídas por su ayuda a los traidores. Si hablamos de la destrucción económica provocada por la guerra, puede consultar en los datos económicos que presento como evidencia que el PIB de 1940 retrocedió un 20% respecto a 1935. El PIB de 1950 se estima que habría sido un 25% mayor de no haber sido por la guerra. El estado quedó endeudado hasta las trancas porque los sublevados se financiaron a crédito.

PIB de España y sus componentes, 1929-1939, por Pablo Martín Aceña
PIB de España y sus componentes, 1929-1939, por Pablo Martín Aceña

Y podría seguir y dar muchos más datos para constatar el desastre causado por los golpistas. Esa fue la herencia que dejaban los que en nombre de la salvación de España se levantaron en armas, y el régimen franquista se construyó sobre los cadáveres de cientos de miles de españoles. Quiero remarcar que tanto la República como el gobierno del Frente Popular fueron legítimos porque se constituyeron por la voluntad expresada la mayoría popular en las urnas. Fueron los golpistas los que atentaron contra la legalidad y contra una democracia liberal, y ante un golpe de estado no hay neutralidad posible. La equidistancia ya es un posicionamiento a favor de los que atacan a la democracia, y no es posible repartir culpas por partes iguales como si fuera una guerra entre hermanos y ambos bandos hubiesen sido igual de antidemocráticos y de culpables.

Hablar de dos Españas o de que la esencia de España es cainita y guerracivilista es una tontería insostenible, porque en todos los países hay izquierdas y derechas y no por eso se producen guerras civiles todo el rato. La guerra civil no era inevitable. Ese relato solo sirve para exculpar a los verdaderos responsables de la guerra más sangrienta y destructiva de España. El golpe de estado y guerra civil fueron fruto de la decisión de unos militares y dirigentes civiles de las derechas antiliberales con una visión muy estrecha de España. La Segunda República no estaba condenada al fracaso ni tenía que llevar a una guerra, fue destruida por un golpe militar solo parcialmente exitoso y con el apoyo de unas potencias extranjeras, que al no triunfar en buena parte de España llevó a una guerra civil. Las intervenciones extranjeras alargaron el conflicto y condenaron a la República a la desaparición al disponer los sublevados de más apoyos internacionales.

Ya desde el mismo día de la proclamación de la República el 14 de abril de 1931 hubo civiles y militares del régimen monárquico planeando un golpe de estado en contra de la voluntad mayoritaria de los españoles. Las conspiraciones de un golpe de estado de las derechas reaccionarias y antidemocráticas continuaron a lo largo de los años, y fue tras su fracaso en las urnas en febrero del 36 y su fracaso en dar un golpe blando que se decidieron a tomar el poder de forma violenta. Era una cuestión de lucha de clases, de unas élites políticas, económicas, religiosas y militares que no estaban dispuestas a ceder ni una pizca de su poder a las masas populares. La guerra civil fue una guerra entre las antiguas élites dirigentes representadas por los militares, la nobleza, los terratenientes, burgueses y la Iglesia contra el campesinado y proletariado urbano. Y además, este golpe no solo estaba motivado por cuestiones internas, sino que contó con el apoyo de Italia y Portugal que tenían sus propios intereses en tener un país fascista amigo.

La lista de los implicados en el golpe acusados en este juicio es larga, pero los cabecillas por el lado militar eran los generales José Sanjurjo y Emilio Mola, Francisco Franco aún no era el militar más destacado antes de estallar el golpe. Luego está el coronel Valentín Galarza encargado de coordinar la trama militar y civil, y por la parte civil los más importantes en los preparativos del golpe fueron los monárquicos alfonsinos del partido Renovación Española: José Calvo Sotelo, Antonio Goicoechea, y Pedro Sainz Rodríguez, claves en obtener la ayuda del dictador Benito Mussolini, y el multimillonario Juan March fue el más destacado financiador del golpe. Aparte de españoles, también fueron responsables del golpe de estado Italia y Portugal, y como culpable ya de la guerra civil se sumó Alemania. En conjunto están acusados de delitos extremadamente graves: delito de sedición militar por su sublevación armada; delito de traición por confabular con una potencia extranjera, la Italia fascista; y graves delitos que constituyen crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra. Confío en demostrar que no hay duda de que fueron los conspiradores del golpe del 18 de julio los culpables de la guerra civil. Aquí termina mi alegato de apertura, señoría.

JUEZ: Bien, espero que aporte pruebas sólidas para esas acusaciones. La Defensa puede proceder en su alegato inicial.

DEFENSA: Señoría, este fiscal rojo calumnia a los que gloriosa y heroicamente salvaron a España de caer en las garras del comunismo. El Fiscal miente al decir que la República y el gobierno del Frente Popular fueron legítimos, cuando ambos llegaron al poder saltándose la legalidad. No solo no fueron las derechas las que provocaron la guerra civil, sino que fue el PSOE el que la empezó con la revolución de octubre de 1934 contra un gobierno elegido en las urnas. Las izquierdas no creían en la democracia y solo veían la República como un paso intermedio para repetir en España una sangrienta revolución comunista como la vivida en Rusia. Querían someter y matar a los españoles de verdad, aquellos que defienden la tradición, la monarquía, la Iglesia católica, y la unidad de España frente al separatismo del que son amigos los rojos. Cuando las hordas marxistas del Frente Popular se apoderaron ilegalmente del poder, lo primero que hicieron fue amnistiar a los asesinos revolucionarios del 34.

Era un gobierno criminal controlado por Moscú. Y desde el gobierno no solo no frenaron la oleada de violencia que los llevó al poder, sino que consintieron y promovieron los desórdenes públicos. En la trágica primavera del 36 los izquierdistas asesinaban a diario a patronos, propietarios de tierras, clérigos y políticos derechistas. Esos eran los mártires de la patria que, ante la amenaza roja que pretendía desgarrar el alma de España, defendieron la santa unidad de nuestra gran nación. Se vivía ya un clima revolucionario y millones de españoles estaban aterrados por un terror rojo que sabían que iría a más. Fue el asesinato del líder de la oposición, el honorable José Calvo Sotelo, un crimen de estado en toda regla, lo que hizo que los militares defensores de la patria se levantasen en armas legítimamente contra un gobierno tiránico que los estaba matando y que había llegado al poder fraudulentamente. Además, ya antes se había puesto en conocimiento de los protagonistas del glorioso Alzamiento Nacional un plan comunista de Stalin que iban a seguir los rojos apátridas para hacer la revolución en España e instalar una dictadura del proletariado sometida a las órdenes de Rusia. El Alzamiento Nacional fue un mal necesario para evitar la revolución. Termina mi alegato, señoría.

Ilegitimidad de origen de la República

JUEZ: De acuerdo, exploremos algunas de las cuestiones que han puesto sobre la mesa en sus alegatos. La Defensa ha afirmado que la República era ilegítima, ¿sería tan amable de explicar por qué?

DEFENSA: Señoría, permítame desvelar la farsa de esa supuesta legitimidad republicana. No hubo ningún referéndum de monarquía o república. [Mostrar la hoja] Hubo unas elecciones municipales en 1931 que ganaron los candidatos monárquicos, no hay más que ver el número de regidores monárquicos, más de 40.000, que supera con buen margen a cualquier otra coalición o candidatura. La imposición de la República fue una maniobra orquestada por el fraude y la coerción en nuestras calles, una maniobra producida con astucia y sin escrúpulos por aquellos que ambicionaban el poder a cualquier precio, igual que hicieron en el 36. Los patriotas del Alzamiento Nacional, en su noble gesta, no buscaban más que el restablecimiento de la legítima corona, baluarte de nuestra unidad y nuestra fe, usurpada por artimañas y tumultos.

Gráfico elecciones municipales de 1931 por porcentaje de votos
Gráfico elecciones municipales de 1931 por porcentaje de votos

FISCALÍA: Señoría, la afirmación de la Defensa no solo carece de fundamento, sino que distorsiona la realidad histórica con un velo de falsedades ideológicamente tintadas. Permítame ilustrar con datos irrefutables: [Mostrar hoja vertical] según los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística de 1931, 40.317 concejales republicanos fueron elegidos frente a los 33.284 monárquicos. Además, hay que tener en cuenta que existían caciquismos y redes clientelares que favorecían a candidatos monárquicos en el mundo rural, y que más del 20% de los concejales a elegir fueron elegidos aplicándose el artículo 29 de la ley electoral, que hacía que fueran proclamados sin elección candidatos sin opositores, lo cual favorecía mucho a los monárquicos. Los republicanos ganaron en 40 de 50 capitales provinciales, y vale la pena recordar que no importa el número de concejales sino a cuántos votantes representan.

Para ejemplificarlo, basta saber que en Madrid, con 950.000 habitantes, se elegían 50 concejales, mientras que en el resto de su provincia con 450.000 habitantes se elegían a más de 1.600. El voto popular, incluso en bastiones conservadores, inclinó la balanza hacia la República, evidencia de un abrumador clamor popular por el cambio. [Mostrar hoja horizontal] Este recorte del 11 de abril del diario El Debate, vocero de la derecha, es una de las numerosas evidencias que demuestran que tanto los monárquicos como los republicanos plantearon las elecciones municipales como un plebiscito entre monarquía y república.

El almirante Aznar, quien presidía el gobierno con su dictablanda, respondió el 13 de abril a periodistas que le preguntaban si los resultados provocaron una crisis ministerial, y respondió: “¿Crisis? ¿Qué más crisis desean ustedes que la de un país que se acuesta monárquico y amanece republicano?” Al día siguiente se publicó en el diario ABC un manifiesto del rey reconociendo que ya no tenía el amor de los españoles, y en él justificaba su salida del país para evitar una guerra civil. La legitimidad de la República, por tanto, no nace de la usurpación, sino de la voluntad popular y su reconocimiento, incluso por quienes ostentaban el poder. La mayoría de cambios de régimen del mundo no se hacen de la ley a la ley como en la Transición de la dictadura franquista a la democracia, y no por eso son ilegítimos. El que sí fue ilegítimo fue el golpe fascista del 18 de julio contra una democracia.

Radicalidad de las izquierdas y derechas

DEFENSA: ¡Miente! Las izquierdas querían hacerse con el poder del modo que fuera, y luego hicieron de la República su cortijo como si solo pudiera ser de los rojos. De evidencias hay muchísimas. No hay más que recordar las perlitas que decía el Lenin español, Francisco Largo Caballero, líder de ni más ni menos que el PSOE y la UGT. [Mostrar hoja horizontal] El 13 de enero de 1936 dijo esto en un discurso que recoge el diario El Socialista: “La República burguesa no es una institución que nosotros tengamos que arraigar de tal manera que haga imposible el logro de nuestras aspiraciones. ¿De qué manera? ¡Como podamos! Ya lo hemos dicho muchas veces. Nuestra aspiración es la conquista del Poder político. ¿Procedimiento? ¡El que podamos emplear!”

O el 20 de enero dijo en Linares: “Quiero decirles a las derechas que, si triunfamos, colaboraremos con nuestros aliados. Pero, si triunfan las derechas, nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la Guerra Civil declarada.”

FISCAL: Protesto, esa cita es falsa, no está recogida en ningún diario de la época. Le adjunto como prueba el diario El Socialista del 21 de enero de 1936, que recoge el discurso del camarada Largo Caballero en Linares.

JUEZ: De acuerdo, lo comprobaré. La Defensa puede proseguir.

DEFENSA: ¿Y qué tal está frase del mismo discurso de Linares, también me dirás que es falsa? [Mostrar hoja horizontal] “Y nosotros, como socialistas, marxistas, tenemos que decir que la sociedad capitalista no se puede transformar por medio de la democracia capitalista. […] Hay quien tiene la esperanza de que el capitalismo deje el camino libre al proletariado para establecer el nuevo régimen. Y otros pensamos que eso no es posible, que no hay ninguna clase que abandone el Poder voluntariamente.” ¿Suena esto al discurso de un demócrata? ¡Este espíritu revolucionario y violento era el que predominaba en las izquierdas! Y no solo se demuestra con discursos, sino con hechos. Hubo numerosas insurrecciones anarquistas contra la República, y el peor levantamiento contra el estado fue la revolución de octubre de 1934, el verdadero inicio de la guerra civil y un ensayo de la tragedia y el terror rojo al que someterían a los españoles. Pretendieron imponer por la vía armada una dictadura del proletariado porque no admitieron que fueron derrotados en las urnas en noviembre de 1933.

JUEZ: ¿Qué tiene que decir al respecto la fiscalía?

FISCAL: No voy a ser yo quien defienda que el camarada Largo Caballero era un demócrata liberal. Es un hecho incuestionable que, para nosotros, socialistas y comunistas, la estructura burguesa de la República representaba una etapa provisional, no el objetivo final, en consonancia con los principios marxistas. También es cierto que socialistas, comunistas y anarquistas creemos legítima la lucha armada como vía para la emancipación proletaria. Sin embargo, no se puede decir que no hubiera demócratas en la República para así desviar la atención y quitar responsabilidades a los golpistas, porque los partidos de izquierda republicana, los centristas y los de la derecha liberal sí creían en la democracia como un modelo de estado que no era un paso intermedio de nada. Además, los golpes de estado no se preparan con discursos y soflamas revolucionarias.

Si algo demostró la revolución de octubre de 1934 es que, sin acceso a las armas que poseía el estado, cualquier insurrección popular estaba condenada al fracaso, porque el Ejército disponía de los medios para suprimirlas. También hay que decir que el programa que acordaron al formar la coalición del Frente Popular era un programa reformista socialdemócrata, lo que los obreros llamamos izquierda burguesa. En el programa electoral del Frente Popular se puede leer que los republicanos rechazaron las propuestas socialistas de nacionalizar a la banca y nacionalizar tierras. Los partidos de izquierdas burguesas sumaron más diputados en las elecciones del 36 que los de izquierdas obreras, igual que había ocurrido en elecciones anteriores, y en el acuerdo de coalición los socialistas y comunistas aceptaron quedarse fuera del gobierno y apoyar las medidas de los republicanos. Aunque no creyesen a largo plazo en la democracia liberal, los socialistas y comunistas defendieron con honor la República ante la amenaza fascista.

Lo de que la guerra civil empezase en el 34 por culpa del PSOE es una tesis infumable de un franquista sin el menor crédito académico como Pío Moa. Ni los españoles de aquel entonces lo vieron así, ni es defendible que una insurrección que duró dos semanas solo en Asturias y fue aplastada sin problemas por el ejército fuese el inicio de la guerra civil. Casi dos años separaron esta insurrección del golpe de estado de julio del 36, ¿cómo se puede hablar de guerra civil entonces en el período entre medio? Y ya que sacamos discursos, déjenme sacar algunos de líderes derechistas. El líder derechista más importante de España, Gil Robles de la CEDA, es calificado por algunos sinvergüenzas que van de historiadores como un moderado democristiano. Pues bien, este democristiano asistió al Congreso nazi de Nuremberg de 1933, y tras esa experiencia el 15 de octubre de 1933 pronunció estas palabras [Mostrar hoja vertical]:

“Tenemos que dar a España una verdadera unidad, un nuevo espíritu, una política totalitaria. Para mí sólo existe una táctica hoy: formar un frente antimarxista y cuanto más amplio mejor. Ahora es necesario derrotar al socialismo inexorablemente […] Debemos fundar un nuevo Estado y eso impone deberes y sacrificios. ¡Qué importa si tenemos que derramar sangre…! Necesitamos todo el poder y es lo que pedimos […] Para cumplir ese ideal no vamos a perder el tiempo con formas arcaicas. […] Cuando llegue el momento, o el Parlamento se somete o lo hacemos desaparecer. La Democracia no es para nosotros un fin sino un medio para ir a la conquista del Estado nuevo. Vamos a liquidar la revolución […] Hemos aguantado durante dos años, y llegó ya el momento de que no cedamos ni un paso más. Si quieren la ley, la ley; si quieren la violencia, la violencia.”

José Calvo Sotelo, un mártir para los franquistas, dijo en sede parlamentaria el 19 de mayo de 1936 [Mostrar hoja vertical]: “A este Estado llaman muchos Estado fascista, pues si ése es el Estado fascista, yo, que participo de la idea de ese Estado, yo que creo en él, me declaro fascista.” Y luego hizo una invocación pidiendo un golpe de estado, claro, sabiendo que llevaba mucho preparándose y con la ayuda de Italia porque él era uno de los principales cabecillas de la conspiración. Esos son los elementos que dominaban en las derechas, de diputados centristas y conservadores demócratas había pocos, y es que la derecha siempre ha tenido más problemas que la izquierda en aceptar la democracia.

La República, el anticlericalismo y la Iglesia

DEFENSA: Si la República no hubiese sido excluyente con las derechas y no hubiera atacado los pilares de la nación española el Ejército, columna vertebral de la patria, no hubiera tenido que actuar.

JUEZ: ¿Por qué dice la Defensa que la República atacaba los pilares de la nación española?

FISCAL: Será por su visión cerrada de nación española.

JUEZ: Señor Fiscal, le ruego no interrumpa, tiene la palabra la Defensa.

DEFENSA: Como dijo el gran historiador Marcelino Menéndez Pelayo, la grandeza y unidad de España resta en su tradición católica, como evangelizadora de medio mundo y martillo contra los herejes. La Segunda República desde el principio atacó el catolicismo, pilar de nuestra gloriosa nación y religión seguida por todos los españoles de bien. La República, desde sus albores, se ensañó contra esta esencia, permitiendo la profanación de nuestros templos con una impunidad que clamaba al cielo, como se pudo ver en la quema de conventos de mayo en Madrid, Andalucía y el Levante. Por si quedaban dudas, dejaron claro a todos los católicos y monárquicos que la República era incompatible con España. La constitución de 1931, más un manifiesto del sectarismo anticlerical de las izquierdas que un texto legal, excluyó a todos aquellos que en su corazón guardaban la verdadera España. Era la Constitución de la Anti-España.

Los rojos rebautizaron calles y retiraron crucifijos de edificios públicos y escuelas. Subvirtieron el orden social blasfemando, amenazando a clérigos, agrediendo a católicos, atacando procesiones, quemando y saqueando el patrimonio eclesiástico, o profanando tumbas. Detrás de esto se escondía una sed de sangre católica. Mataron a 23 clérigos durante el primer bienio y 37 durante la revolución de octubre. Con la guerra que provocaron los rojos, convirtieron en mártires a cerca de 7.000 clérigos, y muchas veces antes de matarlos los torturaban de formas sádicas, por ejemplo castrándolos. Eso fue desde siempre lo que desearon estos criminales antiespañoles, y hubieran matado a muchos más hombres de fe de no haber sido por el Alzamiento Nacional que salvó a España del comunismo. Siguiendo la doctrina católica de Santo Tomás y del padre Mariana, estaba bendecida por Dios la rebelión contra un gobierno tirano que quería oprimir y matar a los fieles, como había ocurrido y estaba ocurriendo en Rusia.

JUEZ: Sí que suena intolerante la República atentando contra la fe católica. ¿Qué tiene que decir ante eso el Fiscal?

FISCAL: La Defensa omite muchos datos relevantes y presenta la violencia anticlerical descontextualizada. La Iglesia católica desde hacía siglos que estaba ligada a la monarquía y a un pensamiento antiliberal y antidemocrático. Era una institución que por sus propias acciones se identificaba con el viejo orden social, se inmiscuía en política, difundía una ideología conservadora que ocupaba los espacios públicos y privados, adoctrinaba a las masas para mantenerlas sometidas a las oligarquías del país. En definitiva, la Iglesia era una fuerza contrarrevolucionaria y no era inocente. En los años de la dictadura de Miguel Primo de Rivera y durante la Segunda República entraron a ocupar sedes episcopales verdaderos integristas religiosos que veían como un ataque a la Iglesia y a la nación española medidas laicas, y los integristas querían imponer de forma totalitaria unas ideas tradicionalistas entre todos los españoles, fueran o no católicos. Por eso en su visión todo el que no fuera un integrista católico era anticatólico y anticlerical.

La República amplió los derechos de los ciudadanos al promover una educación laica, aprobando la posibilidad de divorciarse, o la libertad de culto religioso. Todo eso lo calificaban de radical y sectario los integristas católicos. Como siempre, la derecha ve como un ataque que se amplíen los derechos porque sienten atacada su identidad de grupo, cuando nadie les obliga a usar esos derechos nuevos. Eso ha seguido pasando con los matrimonios de personas del mismo sexo o con la eutanasia. No aceptan que se puede ser español y no católico. Otros países europeos como Francia o Portugal habían secularizado su país antes, y España tenía esa tarea pendiente. Era normal que la Iglesia española se sintiera amenazada porque con la Constitución de 1931 se quitaba el apoyo económico estatal a la Iglesia y les quitaban capacidad de adoctrinar a nuevas generaciones de españoles en las escuelas. Es lógico que la secularización generara resistencias, porque ningún grupo privilegiado y poderoso cede su poder sin antes pelear.

Sobre la célebre quema de conventos de mayo de 1931, a la Defensa se le ha olvidado comentar que esa oleada violenta anticlerical se produjo después de que el arzobispo de Toledo y primado de España Pedro Segura publicase una pastoral hostil contra la República y animase a una rebelión para restaurar la monarquía. ¿Por qué se estaba metiendo en política el arzobispo? Es que ese ha sido el problema de España durante mucho tiempo, que militares y eclesiásticos se han puesto a veces por encima de un poder civil elegido democráticamente en las urnas, y las masas progresistas de la República estaban hartas de eso. Sobre los clérigos asesinados durante la Segunda República, quiero preguntar a la Defensa si ha recogido la cifra de campesinos y de obreros asesinados, porque no entiendo por qué la vida de los proletarios parece que vale menos. También hay que remarcar que en la primavera de 1936 que intentan vender como un espiral de violencia sobre todo contra derechistas no mataron a ni un solo clérigo, y es que hay una gran distancia entre la violencia homicida y la violencia simbólica e intimidatoria como atacar imágenes religiosas o atacar templos. Los muertos de después de estallar el golpe están fuera del motivo de este juicio, pero los golpistas también fueron responsables indirectos de sus muertes porque sin un golpe de estado reaccionario no se hubieran producido estas muertes.

DEFENSA: ¡Rojo hijo de p***!

JUEZ: [Golpea con el mazo] Silencio, modere su lenguaje. Señor Fiscal, ¿tuvo la Iglesia algún rol en el golpe de estado del 36?

FISCAL: No estuvo involucrada en la preparación del golpe de estado, pero antes de eso contribuyeron a la polarización y a dar una justificación teológica a un levantamiento militar empleando las teorías políticas de Tomás de Aquino y Juan de Mariana respecto al tiranicidio, tal y como ha mencionado antes la Defensa. Cuando ya se declaró la sublevación la Iglesia española se puso del lado de los sediciosos y le dio su bendición. Sin embargo, hay que decir que la defensa de la Iglesia y del catolicismo no apareció ni siquiera en los bandos de guerra de julio de 1936 porque ya se sabía que no existía ninguna persecución religiosa. Tiene mucho sentido, porque muchos de los principales generales encargados del golpe no destacaban por su religiosidad. Mola y Queipo de Llano eran republicanos irreligiosos, Cabanellas era masónico, y Franco iba poco a misa. Solo fue desde septiembre que los sublevados usaron de forma subsidiaria en su discurso la defensa del catolicismo y algunos obispos españoles, sin el apoyo explícito del papa, presentaron su guerra como una cruzada religiosa. Ha sido con la desmemoria posterior a la guerra civil que se ha vendido la justificación religiosa como la principal razón del golpe de los traidores a España.

Riesgo de desmembramiento de España

DEFENSA: ¡La izquierda traidora y antiespañola siempre ha sido amiga de todo lo que no oliera a España! Por eso se posicionan contra la Iglesia, contra el rey, y del lado de los separatistas. La sacra unidad de España estaba en peligro, no hay más que ver que se había aprobado el estatuto de autonomía de Cataluña y estaban otros estatutos en trámite, que eran la punta de lanza del separatismo. Los comunistas difundían ideas de autodeterminación que intoxicaban a la sociedad española. En octubre de 1934 el traidor presidente de la Generalidad Lluís Companys declaró la independencia de Cataluña, y va y el gobierno del Frente Popular lo primero que hizo fue amnistiar a estos separatistas junto a los revolucionarios, como Pedro Sánchez quiere hacer ahora. La historia se repite y estos sociatas nos quieren volver a llevar a la guerra civil. Si ya por cómo llegaron fraudulentamente al poder los del Frente Popular no tenían legitimidad alguna, aún menos firmando una amnistía. El Ejército siempre estará ahí para cumplir su obligación de defender la indivisible unidad de la patria, recuérdenlo.

FISCAL: Lo recordamos, y si algo demuestra la revolución de octubre del 34 es que el Ejército tenía plena capacidad de reducir cualquier intento de declarar la independencia de una región. La Defensa confunde más autonomía política de poderes regionales con separatismo, cuando simplemente es una forma distinta de gestionar el poder. Sobre la amnistía, ¿por qué debería quitarle legitimidad al Frente Popular cuando cumplió con su programa electoral? ¿Y por qué no le quitaba legitimidad al gobierno radical-cedista el haber concedido la amnistía a los golpistas de la Sanjurjada de 1932 y a los evasores fiscales? Y por cierto, la amnistía a los involucrados en la revolución de octubre se aprobó con la votación por unanimidad de la Diputación Permanente, que incluía los votos de la CEDA. En 1936 no existía el riesgo de secesión en España, no se puede justificar el golpe en eso.

Esquerra Republicana de Catalunya y Acción Nacional Vasca pedían una República plurinacional no muy bien definida y en el PNV predominaban los autonomistas pragmáticos antes que los independentistas. Los comunistas, una fuerza minoritaria en España antes de la guerra, no apostaban por un federalismo de tipo soviético, y cada vez había más izquierdistas que defendían la idea de la nación española para defender sus conquistas sociales. A los socialistas no les preocupaba el tema nacional, pero tampoco mostraban deseos de transformar la República española en un estado plurinacional. De hecho líderes como Indalecio Prieto cada vez más adoptaron un discurso nacionalista español progresista. Y los partidos socialistas y comunistas que eran nacionalistas periféricos eran muy minoritarios. Así que el temor al separatismo era infundado en 1936, y parafraseando las palabras del conspirador fascista José Calvo Sotelo, era más probable una España roja que rota. Quienes sí que rompieron España fueron los golpistas.

El Frente Popular llegó al poder de forma fraudulenta

JUEZ: Quiero preguntarle algo a la Defensa. ¿Por qué afirma que el gobierno del Frente Popular era ilegítimo y llegó fraudulentamente al poder?

DEFENSA: Señoría, el Dictamen de la Comisión sobre ilegitimidad de los poderes actuantes el 18 de julio de 1936 y más recientemente el libro 1936. Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular de los reputados historiadores Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa García demuestran de forma impecable que las elecciones de febrero de 1936 estuvieron marcadas por la violencia y el fraude electoral. Hordas de izquierdistas coaccionaron a los votantes de derechas e impidieron el voto de otros. ¿Democracia? Más bien una farsa al servicio del comunismo internacional. El Frente Popular no obtuvo la mayoría absoluta y formó gobierno cuando ni siquiera se había terminado el recuento y no se había publicado aún ningún resultado del escrutinio oficial, y eso les dio la oportunidad de manipular el resultado. En ocho circunscripciones hubo fraudes que beneficiaron al Frente Popular, y en Cuenca y Granada anularon el resultado electoral y obligaron a repetir elecciones de forma totalmente injustificada, solo porque ganaron los patriotas.

Por no hablar de las anulaciones de actas en beneficio del Frente Popular, si hasta estuvieron a punto de anular el acta de diputado de don José Calvo Sotelo. Eso no era un gobierno democrático, era un gobierno tiránico constituido de manera ilegal. Quienes dieron un golpe de estado enmascarado bajo la engañosa apariencia de un proceso electoral fueron los rojos, que como decía el Lenin español obtendrían el poder a cualquier precio, por las urnas o por las armas. El Alzamiento Nacional del 18 de julio no fue un golpe de estado, fue una respuesta necesaria y heroica de nuestro Ejército para salvaguardar España del comunismo, el separatismo y de quienes habían dado un golpe contra la legalidad. Demasiado tardaron en dar respuesta a ese atropello legal.

JUEZ: ¿Es cierto eso, señor Fiscal?

FISCAL: Es absolutamente falso, la Defensa está usando literatura franquista que no se sostiene con los datos que tenemos, yo en cambio he proporcionado una historiografía reciente y sólida a su señoría. [Mostrar hoja horizontal] Sí que hubo fraude y violencia, igual que en elecciones generales anteriores y que elecciones de la misma época en otras partes de Europa, pero este fraude y violencia fue mucho más en contra de la izquierda que a la inversa. Y no hay que ser un lumbreras para entenderlo. Las derechas y los centristas controlaban el gobierno central, los gobiernos provinciales, y la mayoría de ayuntamientos de España porque con la revolución de octubre del 34 aprovecharon para quitar de forma injusta a alcaldes y concejales elegidos democráticamente en 1931, que cambiaron por gestoras. En zonas rurales de tradición caciquil y de clientelismo político están documentados muchos casos de fraudes puros y técnicos, compras de votos, amenazas y toda clase de obstáculos para votantes izquierdistas.

Recuento electoral avanzado por el ABC y el oficial tras segunda vuelta en 1936, por Eduardo González Calleja
Recuento electoral avanzado por el ABC y el oficial tras segunda vuelta en 1936, por Eduardo González Calleja.

[Mostrar hoja horizontal] El Frente Popular ganó limpiamente y a contracorriente frente a todos los obstáculos que le pusieron por delante, y un diario derechista metido en la conspiración del golpe de estado como fue el ABC adelantó el escrutinio estimado y ya salía que la coalición izquierdista había ganado por mayoría absoluta. Cuestionar la victoria y la legalidad del gobierno del Frente Popular es absurdo con las pruebas que tenemos. Para más información sobre el tema, adjunto en las evidencias un episodio realizado por David Cot llamado ¿Pucherazo en el 36?, lo explica muy bien. Le aconsejo también suscribirse a su canal de YouTube y dos pódcasts La Historia de España – Memorias Hispánicas y le animo a apoyarlo en Patreon, que un buen chaval tan dedicado a la divulgación lo merece.

JUEZ: Fiscal, no sea tan descarado que nos van a matar a dislikes.

DEFENSA: [Con desdén] ¿Su fuente es un vídeo y pódcast? ¿Qué credibilidad tiene eso?

FISCAL: Está bien documentado con fuentes reputadas, como podrá examinar el Juez.

DEFENSA: Seguro que son mentiras elaboradas por historiadores progres.

JUEZ: Déjense de discusiones, yo voy a ser el que determinará cuán fiables son las evidencias que aporten. Tomemos un receso y continuemos mañana para hablar de los argumentos de la Defensa sobre la primavera de 1936, el asesinato de José Calvo Sotelo, y el presunto plan comunista para una revolución en España. Se levanta la sesión. [Golpea con el mazo]

La primavera trágica del 36, la pendiente hacia la guerra civil

[Murmullos. El juez golpea con el mazo]

JUEZ: ¡Silencio en la sala! Procedamos a empezar la segunda sesión del juicio para determinar quién tuvo la culpa de la guerra civil. En la sesión de hoy discutiremos la primavera de 1936 y el presunto plan de una revolución comunista en España. Bien, la Defensa en su alegato de apertura afirmó que los meses entre la toma del poder del Frente Popular y el golpe de julio fueron meses de mucha violencia contra las derechas. ¿Qué datos puede aportar al respecto?

DEFENSA: Así es, señoría. Gil Robles, en la sesión de las Cortes del 16 de junio de 1936, aportó una serie de datos estadísticos mostrando que el gobierno era incapaz de mantener el orden público. Los datos de incidentes entre el 16 de febrero y el 15 de junio son los siguientes [Mostrar hoja vertical leyéndola él]: iglesias destruidas completamente 160, intentos de asalto e incendio de iglesias y monasterios 251, muertos 269, heridos 1287, agresiones frustradas 215, atracos exitosos 138, tentativas de atraco 23, edificios políticos o privados destruidos 69 y asaltados 312, huelgas generales 113, huelgas parciales 228, centros de periódicos destruidos 10 y asaltados 33, bombas y petardos explotados 146 y recogidas sin explotar 78. [Voltear y poner más en alto la hoja con indignación] Estas son las cifras de la vergüenza del desgobierno del Frente Popular.

FISCAL: ¡Protesto! Las cifras que daban Gil Robles y José Calvo Sotelo en el Congreso procedían de redes de informadores propias y no de ninguna estadística oficial. Su fiabilidad es más que cuestionable. Todo esto no era más que parte de una campaña para infundir miedo entre los españoles.

JUEZ: ¿A qué se refiere con eso, señor Fiscal?

FISCAL: Eso mismo que ocurría en el 36 ocurre hoy con discursos catastrofistas diciendo que España vive en una dictadura, que se rompe el estado de derecho, la unidad de España, que nos vamos al abismo económico, que hay una invasión migratoria, que tenemos un gobierno ilegítimo y criminal. ¿Significa que estas percepciones y discursos se corresponden con la realidad? No. Lo que menos importa es la verdad. Las derechas no usan la esperanza, sino que recurren al miedo para movilizar a su electorado.

DEFENSA: Venga hombre, y ahora dirás que la República era un oasis de tranquilidad. Se te ve el plumero, comunista.

FISCAL: Nadie de izquierdas afirma que la Segunda República fuera idílica o una democracia consolidada y pacífica, fue una democracia joven con los problemas propios de la Europa de entreguerras y de unos años 30 azotados por una crisis económica mundial. Claro que había desórdenes y violencias, pero eso no significa que las estadísticas proporcionadas por los líderes derechistas de Renovación Española y la CEDA en sus discursos parlamentarios fueran fiables. Diarios de derechas como el ABC, El Debate o La Época actuaban como voceros recogiendo estos datos acríticamente y publicando a diario secciones dedicadas a recoger desórdenes sociales y actos violentos. Estas acciones no eran aleatorias, se trataba de una campaña de intoxicación orquestada y perfectamente coordinada entre los políticos y la prensa derechista porque todos ellos ya estaban metidos en los preparativos del golpe de estado.

Analizó muy bien esta campaña del miedo el embajador estadounidense Claude Bowers con estas palabras [Muestra hoja vertical]: “Todos estos incidentes eran cuidadosa y sistemáticamente compuestos diariamente y publicados en los periódicos antidemocráticos bajo un titular permanente: «Desórdenes sociales en España». La prensa extranjera daba la mayor importancia a esto. Era como si en los Estados Unidos … todas las peleas, todas las muertes, todos los robos, crímenes, huelgas, no importa lo insignificantes que fuesen, se anotaran y publicaran en la primera página del The New York Times bajo el título permanente: «Desórdenes sociales en los Estados Unidos»” Era una campaña propagandística para que los derechistas y más apolíticos pensasen que el gobierno del Frente Popular no tenía legitimidad por no poder mantener el orden público.

DEFENSA: Es que eso es cierto, el gobierno débil de las izquierdas republicanas no podía controlar las calles y amparaba a los revolucionarios que provocaban estas violencias, porque eran los mismos partidos y sindicatos que habían llevado al poder a este gobierno. Ya existía un ambiente revolucionario en la primavera trágica de 1936, y lo visto durante la guerra en el bando rojo no era más que una continuación de lo que ya sucedía antes del glorioso Alzamiento Nacional que salvó a España del terror rojo. Ya hubo colectivizaciones de tierras y fábricas, se formaban milicias armadas rojas, existían policías políticas y checas, se producían asesinatos políticos contra derechistas, asesinatos de patronos, de propietarios de tierras, de religiosos.

FISCAL: ¡Protesto! La Defensa miente, no hubo ni un solo clérigo asesinato en la primavera del 36, ni checas. Mezcla intencionadamente hechos de antes y después del golpe para confundir a su señoría.

DEFENSA: Lo que no le gusta al Fiscal es que saque los verdaderos colores de los rojos.

JUEZ: [Golpea con el mazo] ¡Orden! ¿Qué datos puede proporcionar la fiscalía en relación con la violencia de la primavera de 1936?

Víctimas mortales y autores durante el gobierno del Frente Popular, por Eduardo González Calleja
Víctimas mortales y autores durante el gobierno del Frente Popular, por Eduardo González Calleja

FISCAL: Según ha estudiado el camarada Eduardo González Calleja, [Muestra hoja horizontal] se produjeron 384 víctimas mortales de violencia sociopolítica entre el 19 de febrero y el 17 de julio. Es rotundamente falso que la mayoría de los muertos fueran de derechas y no existió una liquidación sistemática de derechistas ni por parte del gobierno ni por parte de organizaciones de izquierdas. Solo cerca del 30% de estas víctimas mortales eran derechistas, y la mayoría de estos eran falangistas, no hubo casi ningún empresario, propietario de tierras, militar, o político de derechas asesinado. Falange fue el partido que más muertos acumuló, pero no por nada, sino porque era el partido que más muertos provocó también y actuaba como una organización terrorista.

Mientras que denunciaban públicamente los desórdenes para deslegitimar el gobierno del Frente Popular y la República, por la puerta de atrás Renovación Española, la CEDA, grandes empresarios, personas de clase media, y también la Italia fascista financiaban a Falange y sus acciones terroristas. De nuevo esto hay que conectarlo con la preparación del golpe de estado, porque desde las derechas querían crear un estado de necesidad, un clima de violencia, miedo y tensión que justificase el golpe de estado a los ojos de muchos españoles. [Muestra hoja vertical] Lo confesaba Antonio Goicoechea, uno de los principales cabecillas civiles del golpe, en un informe del 14 de junio enviado a Mussolini: “El ambiente de violencia y la inevitable necesidad de organizarla ha llevado al nacimiento de pequeños grupos de acción directa en el seno de los partidos nacionales, los cuales, mediante asaltos a edificios públicos y de izquierdas, atentados personales, etc., etc., llevan a cabo permanentemente acciones contra la revolución y sus individuos. Muchos de estos grupos se denominan fascistas, y es notorio el considerable aumento que han tenido en estos últimos meses gracias a las adhesiones de la juventud española a las organizaciones de la Falange Española.”

El 12 de marzo los falangistas intentaron matar al candidato a vicepresidente de las Cortes, el camarada Luis Jiménez de Asúa, el 15 de marzo tirotearon el domicilio del camarada Francisco Largo Caballero, y un mes después del intento de asesinato de Luis Jiménez de Asúa mataron al juez que llevaba su caso. El 16 de abril, tras el asesinato de un Guardia Civil derechista abatido por la policía, miles de derechistas y soldados acudieron a su entierro y lo convirtieron en manifestación contra el gobierno. Los más violentos, sobre todo los falangistas, intentaron asaltar el Congreso de los Diputados, igual que la externa derecha francesa había intentado asaltar la democracia y hacerse con el poder en 1934. Había un complot militar fijado para el 19 o 20 de abril, así que estos hechos hay que relacionarlos con la trama civil y militar golpista. Las quejas de organizaciones izquierdistas al gobierno porque no hacía suficiente contra los pistoleros de extrema derecha se ajustaban más a la realidad que la percepción en las derechas de que la República no les protegía.

Los anarquistas y comunistas pidieron al gobierno crear milicias populares armadas en vez de seguir incrementando el poder de las fuerzas del orden público, pero el gobierno de izquierdas burguesas no accedió a esta petición de repartir armas a los obreros, no hasta después de estallar el golpe de estado, o sea que el gobierno no contribuyó en modo alguno al aumento de la violencia política. De hecho, líderes como Manuel Azaña o el camarada socialista Indalecio Prieto hacían llamamientos a la calma porque sabían que los desórdenes generaban desasosiego entre las masas más centristas o apolíticas, para beneficio de las derechas. La violencia política se magnificaba en Madrid con un 12’7% del total de muertos en España, que precisamente por ser la capital fue un lugar predilecto de disputa porque daba mucha más repercusión en la prensa que si ocurría en un pueblo perdido de España. En cambio, provincias tradicionalmente conflictivas como Barcelona, Zaragoza o Asturias estuvieron bastante tranquilas en esta época. Si comparamos los muertos por violencia sociopolítica, descontando la revolución de Asturias, 1936 no fue mucho más sangriento que 1933 y 1934. Y en el período de entreguerras, otros países como Italia, Alemania o Francia experimentaron niveles de violencia similares y no por eso hubo una guerra civil.

JUEZ: La Defensa había comentado que se vivía una anarquía y un terror rojo ya en la primavera de 1936. ¿Sería tan amable de dar más información al respecto?

DEFENSA: Por supuesto. En la primavera del 36 hubo cientos de invasiones de propiedades privadas para cometer robos, ocupaciones ilegales de tierras, entraban en fincas jornaleros a trabajarlas sin permiso y luego reclamaban bajo coacción un pago al propietario que no había pedido sus servicios, hubo propietarios encarcelados, agredidos o multados si se resistían a estas imposiciones. Era una subversión completa y revolucionaria del orden social y todos estos atropellos ocurrían bajo el desgobierno del Frente Popular. Las turbas violentas de rojos contaminaron con su espíritu revoltoso incluso a provincias con pocos incidentes y huelgas. Era un mal que debía extirparse para restablecer la paz social. Los ayuntamientos socialistas actuaban al margen de la ley y promovían con impunidad las actividades criminales que he descrito. No existía ya un estado de derecho, y por lo tanto no había tampoco democracia. Los militares patriotas que se levantaron valientemente en armas solo deseaban devolver la tranquilidad a los españoles, que estaban aterrados por los desórdenes sociales y violencia de la primavera trágica.

JUEZ: Sí que parece que había un clima de violencia y descomposición de la legalidad. ¿Cuál es su respuesta, señor Fiscal?

FISCAL: Señoría, la mejor mentira es la que esconde un grano de verdad. Que había conflictividad social y laboral es evidente, pero por ejemplo ni hubo insurrecciones anarquistas ni hubo tantas huelgas agrarias como en 1933. Si en el primer semestre de 1936 hubo algo más de 25.000 detenidos por la Guardia Civil, en el mismo período de años anteriores como el 33 y 34 se había llegado al doble. Esto son datos, y nadie se atreve a argumentar a posteriori que hubiese en España unos desórdenes y una violencia que condujesen irremediablemente a la guerra civil en 1933 o 1934. Tampoco se puede obviar que, al aumentar las huelgas en mayo y junio, el gobierno se mostró menos tolerante con ellas y empleó a fondo la represión policial, eso con un gobierno de izquierdas.

Si se producían movilizaciones era para presionar al gobierno para acelerar la aplicación de sus reformas prometidas, sobre todo la reforma agraria, y para que las leyes no quedasen en papel mojado y se cumpliesen. Tiene razón la Defensa al hablar de que aumentaron las ocupaciones ilegales de tierras, robos y los llamados trabajos al tope saltándose la legalidad y amparados a veces por alcaldes socialistas, pero este fenómeno no era general en toda España sino que se limitaba a las regiones latifundistas de Andalucía y Extremadura, donde se pedía urgentemente un reparto de tierras más equitativo. Por supuesto que es criticable que el gobierno no hiciese más para parar esto, pero estos actos no pueden tildarse de revolucionarios porque eran conflictos locales sin ninguna unidad de acción política. ¿Que estos atropellos a la legalidad y acciones revanchistas son condenables en un estado de derecho? Claro.

Pero no es aceptable no decir nada y ver como algo normal que patronos y terratenientes desde una posición dominante en las relaciones laborales incumpliesen sistemáticamente durante años las leyes laborales de la República, mientras que estos mismos derechistas ponen el grito al cielo cuando las masas desfavorecidas se movilizan como reacción a esas injusticias. En junio de 1936 bajo el Frente Popular francés, que a diferencia del español tenía más camaradas socialistas y comunistas en la coalición que socialdemócratas, hubo muchas movilizaciones y eso sirvió para presionar a la patronal para aumentar los salarios entre un 7 y un 15%, instaurar la jornada laboral de 40 horas, y vacaciones pagadas de dos semanas. Estas movilizaciones son vistas muy positivamente en Francia, y solo se habrían visto retroactivamente mal si como en España hubiera empezado una guerra civil y una dictadura fascista. Pero lo cierto es que las movilizaciones no pueden verse como un factor que llevó a la guerra civil, porque el golpe de estado llevaba años en marcha.

También en la Transición hubo mucha conflictividad laboral, planes de golpe de estado entre militares, huelgas en casi todos los sectores, manifestaciones, violencia callejera, violencia terrorista, brutalidad policial, más de 3500 actos violentos y más de 700 asesinados por motivos políticos y sociales, algo olvidado en el relato de la Transición modélica de las derechas que en aquel momento eran predominantemente proclives a continuar la dictadura. No por eso se dice que fuera inevitable una guerra civil ni una continuación de la dictadura, por lo que la misma lógica debe aplicarse a la Segunda República. Huelgas, desórdenes, violencia callejera o terrorismo no es lo mismo que una guerra civil. Y es que, ¿en qué cabeza cabe justificar el golpe de estado y guerra civil provocada por éste en el deseo de restaurar el orden público y frenar el espiral de violencia si ya en los primeros días de la guerra civil murieron muchísimas más personas que las producidas durante todo el período republicano en paz? El supuesto remedio fue mucho peor que la enfermedad que se dice que se quería curar, así que estos argumentos se caen por su propio peso. El 18 de julio fue un parteaguas que rompió las reglas de juego de una democracia liberal y es lo que desató una verdadera anarquía y violencias radicalmente distintas a períodos anteriores.

El asesinato de José Calvo Sotelo

DEFENSA: El Fiscal comunista ha afirmado que no se producían asesinatos de dirigentes políticos. ¿Y el asesinato del líder de la oposición José Calvo Sotelo qué fue entonces?

FISCAL: He dicho casi, no que no se produjera ninguno, no manipule mis palabras. José Calvo Sotelo ganó notoriedad tras las elecciones, pero no era líder de la oposición. Gil Robles de la CEDA con 88 diputados era el líder de la oposición, mientras que los de Renovación Española encabezados por Calvo Sotelo solo obtuvieron 12 del total de 473 diputados.

JUEZ: En su alegato de apertura la Defensa comentó que el asesinato de José Calvo Sotelo fue un crimen de estado. Por favor, explique por qué lo cree así.

DEFENSA: El canalla de Santiago Casares Quiroga, presidente del gobierno en ese entonces, amenazó a don José Calvo Sotelo en la sesión de las Cortes del 16 de junio de 1936 solo por pedir que el Ejército abandonase su pasividad y cumpliese su obligación de defender la nación. Además, la comunista Dolores Ibárruri amenazó de muerte a Calvo Sotelo diciendo: “Este hombre ha hablado por última vez.” El asesinato de José Calvo Sotelo fue un crimen de estado, perpetrado y consentido con impunidad por el gobierno frentepopulista. Un capitán de la Guardia Civil vinculado al PSOE, Fernando Condés, acompañado de un pistolero socialista llamado Luis Cuenca y de varios militantes socialistas y Guardias de Asalto se dirigieron en la madrugada del 13 de julio a casa del señor Calvo Sotelo.

Le engañaron vilmente diciendo que tenía que salir para llevarlo a la Dirección de Seguridad y lo montaron en una camioneta de Guardias de Asalto. No habían recorrido más que unos pocos metros cuando el pistolero Luis Cuenca le pegó dos tiros y mató en el acto al pobre José Calvo Sotelo, un mártir de la causa nacional. Este fue un crimen cobarde ordenado por el gobierno de los rojos, y eso es lo que querían hacer con el resto de españoles patriotas y católicos. Fue este crimen de estado el que desencadenó el glorioso Alzamiento Nacional, porque media España se negaba a que la matasen como había ocurrido en Rusia o con Calvo Sotelo, un héroe que denunció públicamente a las hordas marxistas y lo pagó con su vida. El Alzamiento Nacional fue un acto de legítima de defensa contra un gobierno tiránico y asesino.

JUEZ: ¿Qué tiene que decir la fiscalía, fue un crimen de estado?

FISCALÍA: Señoría, no me sorprende en absoluto que la Defensa siga mintiendo y omitiendo descaradamente datos importantes. Para empezar, la Defensa ha edulcorado las declaraciones de Calvo Sotelo que desataron un acalorado debate en el Congreso. Después de declararse fascista, Calvo Sotelo hizo una invocación a un golpe de estado y afirmaba que no creía que existiese en el Ejército español un militar dispuesto a sublevarse. Dijo esta burda mentira sonriendo mientras que él, como uno de los principales conspiradores, sabía perfectamente que llevaba tiempo gestándose un golpe de estado que ya tenía a muchos militares involucrados. Casares Quiroga responsabilizó a Calvo Sotelo de cualquier intentona golpista futura, y Calvo Sotelo aceptó esa responsabilidad en un tono victimista como si le hubieran amenazado. Lo de que la camarada Dolores Ibárruri pronunciase esa frase amenazando de muerte a Calvo Sotelo también es falso, no consta en el diario de sesiones ni en ningún periódico de la época, y la propia Pasionaria lo negó.

Es una falsedad de la dictadura franquista que el asesinato de Calvo Sotelo fuese un crimen de estado, hasta Gil Robles y su compañero Antonio Goicoechea afirmaron que no creían que lo hubiese sido. En aquella época existían dos organizaciones militares clandestinas, la UME que preparaba el golpe de estado y la UMRA compuesta por militares antifascistas. El 7 de mayo cuatro falangistas asesinaron a un miembro destacado de la UMRA, y tras su asesinato los de la UMRA juraron que si moría otro de los suyos matarían a un dirigente de derechas. Entonces el 12 de julio unos pistoleros asesinaron el camarada José del Castillo Sáenz de Tejada, teniente de la Guardia de Asalto y socialista. Su nombre ya aparecía en una lista negra de objetivos a asesinar confiscada por una redada policial en un local de Falange.

Tras su asesinato, un grupo de guardias de la UMRA fueron al ministerio de Gobernación o según otras versiones a la Dirección General de Seguridad a reclamar que detuviesen a líderes políticos derechistas. Fueron arrestados porque el gobierno de un estado de derecho no iba a actuar de forma vengativa contra quiénes no mataron directamente al teniente Castillo. Esa actitud del gobierno es una prueba sólida de que no fue un crimen de estado y de que los implicados actuaban por su cuenta. Tampoco fue siquiera un asesinato premeditado. Los miembros de la UMRA que formaban la milicia socialista conocida como La Motorizada se dirigieron primero a la residencia de Gil Robles para matarle, no lo encontraron y se fueron a la de Antonio Goicoechea, pero tampoco estaba, así que como tercera opción fueron a por Calvo Sotelo.

Fue un acto en represalia por el asesinato del camarada Castillo, y si quieres que sienta pena por eso espera sentado. Fue uno de los financiadores de las acciones terroristas de Falange, así que solo recogió lo que había sembrado. José Calvo Sotelo fue el principal responsable de la trama civil del golpe de estado, era un monárquico fascista que acordó con Sanjurjo que él sería el líder civil del gobierno que saliese del golpe, conspiró con una potencia extranjera como la Italia fascista para preparar el golpe y armar a los sublevados ante la previsible guerra civil que provocaría. Fue un traidor que conspiró contra España. Esa sucia rata fascista tuvo el final que se merecía.

DEFENSA: ¡Comunista hijo de p***!¡No te atrevas a hablar así de José Calvo Sotelo!

JUEZ: [Golpea con el mazo] ¡Orden! Los dos moderen su lenguaje. Señor Fiscal, ¿es cierto que el asesinato del señor José Calvo Sotelo desencadenase el golpe de estado del 18 de julio?

FISCAL: No, ni provocó el golpe de estado ni aceleró los preparativos. El 11 de julio Calvo Sotelo, Sainz Rodríguez, y otros derechistas se reunieron y Pedro Sainz Rodríguez afirmó en sus memorias que ya entonces conocía la fecha exacta de la sublevación según lo comunicado por el general Mola. El 13 de julio, el mismo día en que se conoció el asesinato de Calvo Sotelo, Goicoechea entregó al intermediario italiano una carta para Mussolini anunciando que el golpe de estado se produciría el día 18. Según recoge el camarada Ángel Viñas, en un recorte de prensa antes de su muerte, el general Mola hizo la siguiente declaración al ser preguntado por si fue decisiva la muerte de Calvo Sotelo para fijar la fecha del golpe [Muestra hoja vertical]: “Influyó en un sentido moral, venía a confirmar su necesidad, a dar una mayor urgencia y justificación al movimiento, pero yo puedo asegurarle que la orden para que se levantara el Ejército de África se había dado ya, concretamente ocho horas antes.” Difícilmente la Defensa podrá argumentar que Emilio Mola era sospechoso de ser un rojo embustero.

El plan comunista de una revolución en España

JUEZ: Pasemos al último punto de la sesión de hoy, el presunto plan revolucionario comunista en España en 1936. La Defensa puede presentar sus evidencias.

DEFENSA: Señoría, el glorioso Alzamiento Nacional fue un golpe preventivo contra la inminente revolución comunista de la que los patriotas recibieron información fiable. Los rojos traidores, comunistas, socialistas y anarquistas estaban siguiendo un plan trazado por Moscú para llevar a cabo una réplica de la sangrienta revolución rusa en nuestro suelo sagrado. Cuatro documentos secretos que presento como evidencia demuestran que se estaba fraguando un complot comunista. [Muestra hoja vertical] En la instrucción confidencial número 3 vienen detalladas las órdenes y contraseñas de un levantamiento que iba a ocurrir el 10 de mayo o el 29 de junio, aunque luego los valientes que preparaban el Alzamiento Nacional recibieron el soplo que de que se retrasó al 1 de agosto. Los revolucionarios pretendían realizar un ataque de falsa bandera simulando una agresión fascista contra la sede de la CNT en Madrid y ordenaban ejecutar a los detenidos considerados antirrevolucionarios según las listas negras de los rojos.

En el informe confidencial número 11 se explica la formación de un soviet nacional presidido por Francisco Largo Caballero y la organización de unas milicias con 370.000 efectivos divididos en tres categorías que contaban con 25.000 armas largas, 30.000 pistolas ametralladoras, y 250 ametralladoras. En el informe reservado se describe una reunión en la Casa del Pueblo de Valencia que se celebró el 16 de mayo entre representantes soviéticos y de la Internacional Comunista, sindicalistas franceses y revolucionarios españoles para acordar un plan revolucionario que incluía la convocatoria de una huelga general, quitar del poder a Casares Quiroga, apartar a elementos tildados de centristas y reformistas del PSOE como Prieto y Besteiro, y eliminar en Madrid a políticos y militares contrarrevolucionarios.

Y en el cuarto documento secreto hablan de medidas para evitar la intervención del Ejército ante una revolución. Estos documentos prueban que los rojos querían tomar el poder de forma violenta y eliminar cualquier oposición, así que cuando tuvieron conocimiento de esto los militares patriotas, se levantaron para defender a España de este plan para sovietizarla y convertirla en un estado satélite de Moscú. En el Dictamen de 1939 se amplían las informaciones detallando que en el 27 de febrero el Komintern de Moscú aprobó un plan y financiación para una revolución en España. La Unión Soviética desplegó muchos medios propagandísticos y introdujo grandes cantidades de armas en España desde marzo de 1936.

Desde la URSS enviaron al revolucionario Béla Kun y otros agentes soviéticos para preparar el golpe comunista en España, tal y como corroboraron numerosos diarios franceses, británicos y alemanes el 30 de marzo. El plan comunista era bien conocido, querían establecer un gobierno dictatorial obrero y campesino, confiscar tierras, nacionalizar bancos, minas, fábricas y ferrocarriles, asesinar burgueses, destruir iglesias y conventos, crear un régimen de terror con la ayuda de un Ejército rojo y milicias obreras, y hasta querían invadir Portugal para extender su revolución. Solo se critica a los nacionales por haberse enterado de esta información y haber actuado antes de que los comunistas desataran su violencia revolucionaria.

Frente a esta amenaza palpable, ¿qué otra opción tenían nuestros valientes militares sino actuar para proteger la integridad y la fe de España? La intervención del Ejército, lejos de ser un acto de rebeldía, fue un acto de máxima responsabilidad y lealtad a la nación, un deber sagrado para prevenir la aniquilación de nuestra identidad y preservar nuestra soberanía frente a la barbarie comunista. ¡Los patriotas no hicieron más que prevenir que España se convirtiese en un títere de la Unión Soviética, de sufrir los mismos horrores y exterminios que asolaron Rusia!

JUEZ: Bien, examinaré estos documentos con mucha atención.

FISCAL: No hace falta que se moleste, señoría.

JUEZ: ¿Ah no? ¿Por qué dice eso?

FISCAL: Porque la Defensa miente más que habla.

DEFENSA: ¡Rojo asqueroso…!

JUEZ: Por favor, explíquese señor Fiscal.

FISCAL: Los militares sublevados y derechas antiliberales hacían un ejercicio de proyección y de inversión de responsabilidad, porque acusaban de los izquierdistas españoles de conspirar con la URSS y de vender la soberanía nacional, cuando eran ellos los que estaban secretamente conspirando con Italia. [Muestra hoja vertical] Le presento como evidencias las declaraciones de Claude Bowers, embajador de Estados Unidos en España, fiel a la República, entre 1933 y 1939, y también las declaraciones en un discurso de verano de 1938 de Manuel Azaña refutando la falsa tesis de la insurrección comunista. Pero es que no tiene que tomar las palabras de estes dos hombres para rebatir esas informaciones, porque la evidencia contra esa teoría conspirativa es muy abundante.

Los cuatro documentos que ha presentado la Defensa hablando de un complot comunista en España son falsificaciones por muchas razones. Primero, son documentos sin fecha ni sello. Segundo, las fechas de la supuesta revolución cambian constantemente, se habla del 10 u 11 de mayo, mediados de junio, el 29 de junio, y finalmente el 1 de agosto. Eso ya apunta a que los falsificadores fueron retrasando la supuesta fecha del golpe comunista cuando sus preparativos para un golpe reaccionario se fueron retrasando. Tercero, se han encontrado copias de estos documentos siempre con ligeras variaciones y en lugares muy distantes, así que difícilmente pueden considerarse documentos secretos, sino más bien panfletos falsificados que circularon entre derechistas. Cuatro, hablan de un número completamente exagerado de combatientes y de armas para los revolucionarios, y buena prueba de esto es que al estallar el golpe de estado tuvieron que pedir al gobierno que entregasen armas al pueblo para formar milicias.

No habrían podido ocurrir matanzas en los primeros días como las de Sevilla si los izquierdistas ya hubieran tenido armas abundantes. Quinto, se incluía en los supuestos soviets españoles a personajes que no simpatizaban lo más mínimo con el camarada Stalin. Sexto, El camarada Béla Kun no vino a España, fue una noticia falsa difundida por medios de extrema derecha franceses y británicos, como el Daily Mail del que era propietario un notable fascista y anticomunista, y luego fue difundido también por el diario oficial del partido nazi. También luego circularon entre la extrema derecha europea estos planes comunistas españoles falsificados para incitar sus ánimos. Séptimo, el diario socialista Claridad publicó este supuesto plan para mofarse de la campaña de desinformación de los fascistas. ¿Acaso lo habrían publicado si fuera real? Octavo…

JUEZ: ¿Pero aún hay más? Tampoco hace falta ensañarse, señor Fiscal.

FISCAL: No, pero es que sí que hace falta, porque la mentira de “que viene el comunismo” fue la principal razón que usaron los traidores fascistas para sublevarse, y luego lo usó la dictadura franquista para ganarse las simpatías de los conservadores estadounidenses y de Europa occidental. En los meses anteriores al golpe, llevaron a cabo una campaña de intoxicación dentro de las filas del Ejército, [Mostrar hoja vertical] con propaganda como esta acusando al Frente Popular de querer disolver al Ejército y la Guardia Civil, o esta otra acusando a los izquierdistas de estar financiados por extranjeros. La burda mentira de que los soviéticos preparaban una revolución en España y de que Rusia nos estaba invadiendo fue la más usada en la propaganda de los sediciosos, y terminó calando tanto que algunos se creían de verdad que luchaban contra invasores rusos.

Una unidad republicana que se dirigió a Mallorca en agosto de 1936 fue atacada por tres unidades rebeldes que gritaban “¡Viva España! ¡Mueran los rusos!”. Luego se sorprendieron de que muchos de los republicanos heridos y hechos prisioneros hablaban catalán. Ese era el nivel de delirio y de desinformación entre los sublevados.  Que las derechas llevasen a cabo una campaña de desinformación con noticias falsas contra el comunismo no era algo nuevo. El caso más grave junto al de España es el de Alemania, donde los nazis acusaron falsamente al Partido Comunista Alemán de incendiar el Parlamento para ilegalizarlos y perseguirlos. Hay pseudohistoriadores como Stanley Payne que siguen difundiendo impunemente esta falsedad, pero incluso el político e historiador franquista Ricardo de la Cierva reconoció que los documentos proporcionados por la Defensa eran una falsificación, que atribuía al periodista de Falange Tomás Borrás. Otros lo atribuyen directamente al general Mola, el jefe operativo del golpe de estado.

JUEZ: Pero señor Fiscal, incluso aceptando que los cuatro documentos que ha proporcionado la Defensa son evidencia falsa, ¿no hay otros indicios que apuntan a que los rusos estaban interesados en sovietizar España? Luego en la guerra civil fueron los que más ayudaron a los republicanos, e incluso entraron comunistas en el gobierno.

FISCAL: Señoría, la cronología de los hechos es importante. Cuando estalló el golpe, el camarada Stalin no estaba dispuesto a ayudar a la República porque no quería enemistarse con Reino Unido y Francia para construir una alianza antifascista. Fomentar una revolución en España hubiera ido contra sus objetivos geoestratégicos, y si ayudaba a los republicanos se convertiría en profecía autocumplida que los comunistas intervenían a favor de los republicanos y parecería que el comunismo internacional manejaba los hilos de la República. El camarada Stalin suscribió al pacto de no intervención. Pero al conocer que Italia y Alemania estaban ayudando mucho a los sublevados, no se quedó de brazos cruzados y el 14 de septiembre, dato importante porque era dos meses después de empezar la sublevación, el camarada Stalin aprobó intervenir con armamento y aprovisionamientos básicos, asesoramiento militar y la organización de las Brigadas Internacionales.

DEFENSA: Eso era lo que desde siempre tramaban secretamente los rojos traidores españoles, el apoyo de la Unión Soviética. Sin esa ayuda, la guerra civil hubiera terminado antes y se hubiera evitado la muerte y el sufrimiento de muchos.

FISCAL: ¡Calla, fascista!

JUEZ: [Golpea con el mazo] ¡Orden, orden!

FISCAL: ¿Por qué debían rendirse los republicanos y obreros ante unos militares facciosos, oligarcas, fascistas y demás traidores que no representaban a la mayoría social del país y basaban todo su relato en mentiras para defender a uñas y dientes sus privilegios? ¿Por qué rendirse ante quienes, incluso tras su victoria, reprimían con la mayor dureza posible a los izquierdistas, de una manera brutal y sanguinaria? Si las democracias occidentales no hubieran abandonado a la República, ésta no hubiera tenido que recurrir a la URSS, y es insultante que los fascistas se atrevan a decir que los republicanos no deberían haber recurrido a la URSS cuando se trataba de defender un gobierno legítimo y democrático. Las democracias aliadas en la Segunda Guerra Mundial no le hicieron ningún feo a la ayuda comunista, y nadie por eso dice que Estados Unidos o Reino Unido fueran comunistas por asociación.

El miope gobierno conservador del Reino Unido en 1936 veía con más simpatías a las potencias fascistas por su anticomunismo que a la República española. Fueron los británicos los que amenazaron a Francia con no apoyarla si Alemania les declaraba la guerra por una intervención francesa en la guerra de España a favor de los republicanos. Sinceramente, el Reino Unido también debería estar en el banquillo de los acusados de este juicio, porque no solo no ayudaron a un gobierno democrático, sino que usaron la diplomacia para presionar a muchos países del mundo para que pusieran todas las trabas posibles a la República española dejándola sin poder comprar armas, aviones y otros materiales bélicos, ni financiarse, ni vender su oro. Manuel Azaña, al echar la mirada atrás, identificaba a Reino Unido como el enemigo número uno de la República.

Reino Unido conocía los planes golpistas, y como la inteligencia británica llevaba años descifrando las comunicaciones entre la Internacional Comunista de Moscú y los partidos comunistas de Europa sabían perfectamente que en primavera de 1936 ninguna organización izquierdista española tenía en marcha un plan para subvertir el orden constitucional. Entre el 1918 y 1939 no hubo en Europa ningún triunfo de una revolución comunista fuera de Rusia, y lo que hubo en cambio es golpes de estado y dictaduras derechistas que, con la excusa de terminar con el marxismo, acababan con las democracias liberales. En 1935, la Internacional Comunista dictó que la estrategia a seguir de los comunistas europeos era formar alianzas con los partidos de izquierda burguesa para formar un frente antifascista para defender las democracias liberales y evitar sufrir la represión de las organizaciones obreras que había ocurrido ya en Alemania, Italia o Austria.

El aún pequeño Partido Comunista Español obedecía las órdenes de Moscú y actuó como un partido de estado defendiendo el gobierno republicano, más que el PSOE cuya facción liderada por el camarada Largo Caballero estaba fomentando la división. Es cierto que a largo plazo el objetivo de las izquierdas obreras era una dictadura del proletariado o una sociedad comunista libertaria en el caso de los anarquistas, pero lo cierto es que eso no lo contemplaban en 1936 ni a corto plazo, y en cambio estaba defendiendo la República y su democracia liberal porque eran conscientes de la amenaza fascista y de un golpe de estado del que todo el mundo hablaba meses antes de producirse. Como evidencia adicional de que no existía ningún plan de revolución comunista en España, disponemos de las informaciones de los archivos soviéticos y la correspondencia entre los camaradas del PCE y la Internacional Comunista.

El 9 de abril de 1936 desde la Internacional Comunista pedían a su sección española contención [Muestra hoja vertical]: “En todas las actividades del partido que realicéis se debe resaltar que la creación del poder soviético no está en el orden del día, sino que, por el momento, es solamente cuestión de establecer un estado democrático que haga posible ejercer una barrera contra el avance del fascismo y la contrarrevolución, y para fortalecer en general las posiciones del proletariado y sus aliados.” [Muestra hoja vertical] La Internacional Comunista comunicó el 24 de julio a los comunistas españoles que lo importante era defender la República, mantener la unidad del Frente Popular, y liquidar la insurrección fascista y los elementos contrarrevolucionarios. Prohibían proponer la creación de soviets y establecer una dictadura del proletariado, que consideraban que sería contraproducente. No existía pues peligro de revolución comunista, ni siquiera ya empezada la guerra civil, ya que el PCE trabajó para reconstruir el poder del gobierno republicano, que estaba desbordado por los acontecimientos y la revolución en partes de su territorio.

JUEZ: Suenan bastante sólidos los argumentos y evidencias del Fiscal. Hoy revisaré las evidencias que han proporcionado las dos partes, pero de momento tomemos un receso. Mañana tendremos la última sesión del juicio discutiendo los detalles del golpe de estado y emitiré una sentencia. Se levanta la sesión. [Golpea con el mazo]

Las tramas golpistas

[Murmullos. La Defensa habla bajo, de espaldas a la cámara y levantado. El Juez está recostado hacia abajo a la derecha para escucharle]

DEFENSA: Psss, señoría, se acuerda de que en la Transición acordamos olvidar el pasado, ¿no? No conviene reabrir viejas heridas. Espero que termine pronto con esta pantomima de juicio.

[Mirando hacia abajo y a la derecha, hablando bajo]

JUEZ: Haga el favor de tomar asiento.

[La Defensa se va un poco disgustado a su sitio]

JUEZ: Hoy tendrá lugar la tercera y última sesión del juicio para determinar quiénes tuvieron la culpa de la guerra civil española. El señor Fiscal me ha comunicado que hoy viene muy animado y confiado por las pruebas que lleva, así que estoy ansioso de poder escucharle. Por favor, ¿podría la fiscalía explicar la trama del golpe de estado?

FISCAL: Más que una trama, hubo varias con vasos comunicantes entre sí que hacían que se entremezclasen, algunas de ellas con la participación de civiles. La trama monárquica alfonsina fue la central y más importante. Mientras en todos los pueblos de España se festejaba el advenimiento de la República, un grupo de conspiradores monárquicos preparaba sin demora tumbar el régimen y restaurar la monarquía de Alfonso XIII. José Sanjurjo y Francisco Franco estuvieron tentados a dar un golpe el 14 de abril de 1931, y ese mismo día personalidades como José Calvo Sotelo y José Antonio Primo de Rivera se reunieron para discutir la financiación de un golpe de estado. Sabían que no podrían nunca ganarse a las masas, y solo pretendían ganar los apoyos necesarios entre políticos, militares y oligarcas adinerados. Luego estaban los monárquicos carlistas, que ya a los pocos meses de proclamarse la República planearon una insurrección.

Terminaron por unirse a la alfonsina gracias a las buenas relaciones que mantenían con el general Sanjurjo. Hubo varios intentos de golpe de estado puramente militares. Falange también planeó por su cuenta una marcha sobre Madrid como la romana, pero no pudieron por falta de hombres. Por no hablar de los intentos de golpe de estado blando antes de llegar al poder el Frente Popular. Al final, derechistas civiles y militares de distinto color, laicos antiliberales, integristas católicos, monárquicos alfonsinos, carlistas, y fascistas se unieron en el golpe de estado que aceleró sus preparativos desde febrero de 1936. En aquella época la mayoría de personas de derechas en España no aceptaban la democracia liberal y la voluntad expresada en las urnas que habían dado la victoria al Frente Popular, y por otro lado estaban sectores muy reaccionarios del Ejército que se creían por encima del poder civil.

Como he dicho, la trama monárquica alfonsina en la que participaban tanto militares como civiles fue la más importante de todas, y tuvo una continuidad desde abril de 1931 hasta julio de 1936. Dentro y fuera de España realizaban gestiones para preparar un golpe, desde recaudar fondos entre aristócratas y otras personas afines, hacer acopio de armas, actividades propagandísticas públicas para crear un ambiente más favorable a un golpe, y contactar con oficiales para ver quiénes estarían dispuestos a unirse. Tras fracasar la Sanjurjada en agosto de 1932, algunos aristócratas conspiradores fueron a visitar a Alfonso XIII en París para obtener su visto bueno para una restauración monárquica y que contribuyese en la búsqueda de financiación. Esto demuestra que solo un año y medio después de la proclamación de la República, el mismo rey que justificaba su exilio de España por su buena intención de evitar una guerra civil ya estaba conspirando para un golpe que podría provocar una guerra.

En abril de 1934 también se conoce una reunión de Alfonso XIII con Antonio Goicoechea y Juan Ignacio Luca de Tena, propietario y director del ABC, que no hace más que confirmar que este periódico derechista estaba metido en la trama del golpe. Incluso bajo el gobierno derechista de Lerroux con el apoyo de la CEDA era necesario seguir preparando el golpe, porque la República en sí misma era revolucionaria. Antonio Goicoechea, uno de los conspiradores, fundó para la trama civil del golpe el partido monárquico alfonsino Renovación Española en febrero de 1933 y se convirtió en su jefe nominal. El partido sirvió de tapadera para sus operaciones clandestinas del golpe. [Muestra hoja vertical] Esto se comprueba por ejemplo con una carta de Goicoechea del 18 de febrero de 1933: “Imagino a Vds. enterados de la investidura de jefe militar de la organización, recibida y aceptada por el general Sanjurjo. Por mi parte, conozco los poderes de que se hallan Vds. en posesión para la realización de determinadas gestiones; la designación no ha podido ser más de mi agrado.”

En 1933 ya estaba decidido que Sanjurjo sería el líder militar y José Calvo Sotelo el civil, y aparece el coronel Valentín Galarza como coordinador de las actividades de los civiles y militares. Con el tiempo el general Emilio Mola se convirtió en el delegado de Sanjurjo encargado de desarrollar el operativo del golpe de estado, ya que Sanjurjo no podía hacer demasiado desde su exilio en Portugal. En esta época también se fundó la Unión Militar Española, la UME, una organización clandestina que agrupaba militares reaccionarios y que con sus actividades propagandísticas sirvió para ir ampliando el número de conspiradores. Desde su posición de ministro de Guerra, en 1935 el líder de la CEDA Gil Robles promovió a oficiales conspiradores que le apoyarían en su plan para desmantelar la República desde dentro de las propias instituciones, de forma similar a Hitler en Alemania o a Dollfuss en Austria.

A mediados de 1935 Franco, nombrado por Gil Robles jefe del Estado Mayor Central, ya estaba enterado de la UME y su trama conspirativa. Según la información proporcionada a la Dirección General de Seguridad por el espía MANRIQUE, Franco había expresado que solo en una situación desesperada el Ejército podía lanzarse a dar un golpe de estado, y en tal caso expresó que él estaría dispuesto a encabezarlo. Esto demuestra la falsedad de quienes afirman que Franco no quiso rebelarse contra la República hasta mucho más adelante, y demuestra que ya tenía grandes ambiciones de liderazgo político y militar. Tanto al producirse la crisis del gobierno de Lerroux en diciembre de 1935, antes de convocarse elecciones, como en febrero de 1936 al conocerse la victoria del Frente Popular, militares y civiles conspiradores como Franco, Fanjul, Gil Robles y Calvo Sotelo presionaron para un golpe de estado blando autorizado por Manuel Portela y Niceto Alcalá-Zamora.

Pero al fracasar en estos intentos, recurrieron al golpe de estado duro de toda la vida. Los dirigentes cedistas y monárquicos estaban al tanto de las reuniones de los conspiradores de la trama militar y colaboraron con ellos con fondos, contactos, y alentando un ambiente de catastrofismo a través de medios afines y discursos parlamentarios, además de la promoción de la violencia callejera con Falanage. Es decir, un aspecto muy importante del golpe en 1936 es que la colaboración y coordinación entre la trama civil y militar del golpe fue absoluta y se intensificó tras la victoria frentepopulista. No se pueden entender los discursos catastrofistas de los partidos de derecha antiliberales, el alarmismo en diarios como el ABC y El Debate, o el pistolerismo de Falange sin esta conexión entre civiles y militares, ya que era necesario crear un estado de violencia y alarma social que hiciera más aceptable un golpe de estado y una dictadura.

JUEZ: ¿Tiene algo que objetar la Defensa?

DEFENSA: [Pausa sin saber muy bien qué decir] Ehhh….

FISCAL: Creo que en la sesión de hoy la Defensa no intervendrá mucho.

El objetivo político de los conspiradores

JUEZ: Bien, pues sigamos. ¿Cuál era el objetivo político de los conspiradores?

FISCAL: Señoría, a nivel político tuvieron que mantener bastante indefinido el modelo de estado que saldría de la sublevación porque había sectores muy heterogéneos dentro de los golpistas. El plan era instaurar una dictadura militar provisional fascista por un tiempo indeterminado, con la pretensión entre los alfonsinos de más tarde restaurar la monarquía en la figura de Alfonso XIII o de Juan de Borbón. Por consenso el general Sanjurjo estaba llamado a convertirse en jefe del estado o dictador, y al frente del gobierno civil estaría José Calvo Sotelo, que ya había articulado por escrito algunas leyes y decretos. Solo fue por el asesinato de Calvo Sotelo el 13 de julio y la muerte en un accidente de avión de José Sanjurjo el 20 de julio que el sueño de la restauración monárquica alfonsina fracasó y el general Francisco Franco pudo rápidamente escalar posiciones entre los militares golpistas y convertirse en su jefe supremo. La prioridad para unir a los contrarrevolucionarios era revertir las leyes religiosas y sociales de la República para contentar a aristócratas, propietarios de tierras, la Iglesia, burgueses, los carlistas, y las derechas católicas antiliberales.

Desde las derechas antiliberales despreciaban la política de masas, el acceso a la política de las clases desfavorecidas. Ese era el verdadero problema de fondo que estaba detrás del golpe: los de siempre se sintieron amenazados por los advenedizos, las clases populares que antes habían estado excluidas de la política y que ahora tenía representantes que alcanzaban posiciones de poder. No hay más que recordar los discursos contra la democracia parlamentaria de los líderes derechistas como hablamos en la primera sesión, [Muestra hoja vertical] o este mensaje que transmitió a los miembros de la UME el general Mola a finales de 1935 contra las elecciones y el sufragio universal: “Sería un error funesto plantear la batalla a la revolución en el terreno del sufragio y de la actuación legalista […]. Hay que evitar las elecciones, de las cuales sacarían algunos partidos de izquierda argumentos para intervenir en el gobierno […]. Nada de turnos ni transacciones; un corte definitivo, un ataque contrarrevolucionario a fondo es lo que se impone, […] la destrucción del régimen político actualmente imperante en España. […] En el porvenir, nunca debe volverse a fundamentar el Estado ni sobre las bases del sufragio inorgánico, ni sobre el sistema de partidos […], ni sobre el parlamentarismo infecundo.”

¿Quiénes financiaron el golpe de estado?

JUEZ: Los preparativos de un golpe de estado bien organizado no deben ser baratos. ¿Quién financió el golpe de estado del 18 de julio?

FISCAL: Señoría, el mayor financiador del golpe de estado fue Juan March, el gran capitalista de España en aquella época. Había hecho su fortuna con operaciones de contrabando marítimo, la especulación de bienes inmuebles, el monopolio por medio de corruptelas de la venta de tabaco en el Marruecos español, la banca y muchos otros negocios. Como siempre, detrás de una gran fortuna hay un crimen. Aparte de por tener una gran fortuna, Juan March fue clave porque disponía de divisas para hacer operaciones en el extranjero, y eso sirvió para comprar mucho material bélico a Italia. De forma premonitoria, el ministro de Hacienda Jaume Carner ya dijo sobre Juan March que o la República lo sometía a él o él sometería a la República. Entre el golpe de estado y la guerra civil Juan March proporcionó a los sublevados el equivalente a una cuarta parte de las reservas de oro del Banco de España. Es difícil saber cuán racional era que Juan March pusiera tanto dinero sobre la mesa, y quizás se dejó llevar por su posición monárquica y su odio profundo contra la República.

Pero de las primeras cosas que hizo Franco el 1 de abril de 1939 al dar por finalizada la guerra fue firmar una ley para reconocer como deudas del Estado español las contraídas con los bancos de Juan March. Aparte de Juan March, quienes más contribuyeron a la financiación del golpe fueron los Grandes de España, los mayores latifundistas aristócratas de España. Solo hay estimaciones bastante variables del costo total de las conspiraciones monárquicas entre 1931 y 1936, pero el camarada Ángel Viñas ha estimado un mínimo del equivalente a 700 millones de euros con los datos que conocemos, y serían muchos más seguramente si tuviésemos más documentación. Si hablásemos de los gastos de los sublevados en la guerra civil, los principales financiadores aparte de los mencionados fueron Italia y Alemania, numerosos bancos españoles y de otras partes de Europa, judíos del norte de África español, el multimillonario catalanista conservador Francesc Cambó, y la petrolera estadounidense Texaco, además de cientos de empresarios y propietarios españoles.

Los conspiradores confabularon con la Italia fascista

JUEZ: Ha acusado a los conspiradores civiles y militares de confabular con una potencia extranjera, Italia. ¿Qué pruebas tiene al respecto?

FISCAL: Muchísimas, señoría, el reputado historiador y camarada Ángel Viñas ha estudiado la cuestión en profundidad, está entre la lista de fuentes que he proporcionado su libro ¿Quién quiso la guerra civil?

DEFENSA: ¡Ese es un propagandista rojo!

FISCAL: ¡Lávate la boca antes de hablar del camarada Ángel Viñas! Él sí que va a los archivos y estudia las fuentes primarias, no como Payne, Moa y demás purria blanqueadora del franquismo que siguen divulgando las mentiras del franquismo.

JUEZ: ¡Orden, orden! Le he hecho una pregunta al Fiscal, quiero ver las evidencias sobre la presunta conexión italiana.

FISCAL: Señoría, interviniendo en España Italia ganaba un gobierno amigo con la intención de ayudarles a conseguir una hegemonía italiana sobre el Mediterráneo central y occidental contra Francia y Reino Unido, lograba extender el modelo de estado fascista a otros países, y de paso ganar dinero. Los contactos entre la Italia fascista y los conspiradores civiles y militares alfonsinos se remontan al menos a 1932, cuando para la Sanjurjada el general español contactó con los italianos para acordar el suministro de ametralladoras. El primer contacto directo de Calvo Sotelo con la Italia fascista ocurrió en febrero de 1933, sin que trasciendan muchos detalles de lo conseguido, pero también en el año 1934 hizo varios viajes a Italia.

El primer gran tanto de los sediciosos españoles lo consiguieron el 31 de marzo de 1934, cuando Mussolini en persona firmó un pacto con Goicoechea de Renovación Española y el general Barrera para que el gobierno italiano se comprometiera a apoyar con dinero, armas y entrenamiento un levantamiento militar. [Muestra hoja vertical] Está explicado en el acta oficial del encuentro, tanto en la versión italiana como en la española. Es notable que esto ocurriese antes de la revolución de octubre y bajo un gobierno de derechas, o sea que el interés en dar el golpe por parte de monárquicos y fascistas italianos no se debía a la supuesta bolchevización de las izquierdas españolas. El armamento prometido no se entregó nunca porque no había un plan concreto para una sublevación, pero el gobierno de Italia les entregó un millón y medio de pesetas, unos 25 millones de euros. A lo largo de 1935 Mussolini siguió autorizando cantidades de dinero nada desdeñables para los golpistas españoles y cada mes subvencionaba a Falange Española.

[Muestra hoja vertical] Además, tenemos un informe enviado por Goicoechea, también en nombre de la UME, presentando a Mussolini su visión de lo que ocurría en España en verano de 1935. Pero con la victoria del Frente Popular en febrero del 36, los preparativos del golpe se tomaron más en serio. Los facciosos no tenían la urgencia de recibir ametralladoras o armas ligeras porque ya contaban con este tipo de armamento en su arsenal. Lo que no tenían eran armas modernas que les permitiese contar con una ventaja, y para eso recurrieron a Italia de nuevo. Los conspiradores querían aviones de guerra para servir de apoyo a las tropas de tierra. Este armamento no saldría gratis y la peseta no era convertible sin autorización oficial, así que los encargados de la operación le solicitaron a Juan March un crédito de medio millón de libras, que puso a disposición de los conspiradores en marzo. Así se pudieron iniciar negociaciones con los italianos.

[Muestra hoja vertical] Disponemos como otra evidencia el informe enviado por Antonio Goicoechea a Mussolini el 14 de junio para informarle de la situación política de España y de las probabilidades de éxito de la sublevación. Pero la mejor evidencia que prueba cómo los conspiradores civiles y militares del golpe de julio cometieron el delito de traición al conspirar con un país extranjero son los contratos firmados por Pedro Sainz Rodríguez el 1 de julio de 1936. [Muestra hoja vertical] Disponemos de las copias en italiano de los contratos que conservó uno de los principales conspiradores, Antonio Goicoechea, con todo lujo de detalles de los aviones y cazas, armamento, municiones y otro material bélico que Italia iba a proveer a los sublevados a través de la empresa aeronáutica SIAI, para ocultar que un gobierno nacional estaba ayudando a un golpe en un país con el que mantenía relaciones diplomáticas normales. El importe total de los contratos ascendía a 39,3 millones de liras, equivalente a más de 600.000 libras británicas, equivalente a unos 339 millones de euros de 2010.

La determinante ayuda internacional a los golpistas

JUEZ: ¿Cuán importante fue la ayuda internacional para los golpistas?

FISCAL: Señoría, fue determinante para su victoria. Los sublevados ya tenían el apoyo de Italia y de Portugal antes del golpe, y luego el 25 de julio Franco consiguió el de la Alemania nazi, un apoyo importante además para que Franco se erigiera como líder de la sublevación. Portugal se convirtió en centro logístico de los sediciosos antes y durante la guerra y desde allí recibían mucho del armamento de Alemania e Italia, y además los portugueses dejaron que los rebeldes usaran sus infraestructuras y les dieron créditos. Franco fracasó en conseguir el apoyo de la Marina, y sin sus barcos no tenían medios propios para transportar al grueso del Ejército sublevado y sus mejores soldados, que se encontraban en Marruecos. Fue gracias a los aviones de transporte de Alemania y de Italia que pudieron llevar a cabo el primer puente aéreo a gran escala de la historia transportando por aire al Ejército de África.

Si el Ejército de África se hubiera quedado donde estaba, las probabilidades de éxito de los sublevados hubieran quedado muy reducidas. El petróleo de los sublevados tampoco venía caído del cielo porque Alemania e Italia eran países importadores al igual que España. Fue la estadounidense Texaco, dirigida por un fascista, quien proveyó la mayoría de los combustibles para los aviones, camiones y otros vehículos de los traidores. Al fallar en tomar Madrid en 1936 numerosos oficiales sublevados pensaron que todo había acabado para ellos, y solo fue con el envío de soldados italianos y alemanes que pudieron salvar los muebles. Todo eso mientras ya Reino Unido, Francia y otros países habían privado al gobierno legítimo y democrático de la República de la posibilidad de comprar armamento y de financiarse en el extranjero salvo en la URSS, mientras que los sublevados se estaban financiando a base de muchos créditos internacionales.

La Unión Soviética ni pudo ni quiso igualar la ayuda italiana y alemana, así que no se puede decir que los sublevados y republicanos estuvieran en igualdad de condiciones en ningún momento. Me he tomado la molestia de calcular cuántos extranjeros participaron en la guerra civil española, o mejor dicho guerra de España por cuán importantes fueron las intervenciones internacionales. [Muestra hoja vertical] Por orden número de importancia, participaron 79.000 italianos, 78.500 marroquíes, 35.000 brigadistas internacionales de varias nacionalidades, 19.000 alemanes, 10.000 portugueses, 2.000 soviéticos, 700 irlandeses ultracatólicos y fascistas, y 500 franceses de extrema derecha. Más de 220.000 extranjeros participaron en la guerra, 37.000 en el bando republicano frente a los 187.000 del bando sublevado. ¿Y luego tienen la desfachatez de llamarse bando nacional? ¡Sin esa ayuda internacional hubieran sido aplastados como las cucarachas traidoras que eran!

DEFENSA: ¡Pero si los rojos estaban controlados y financiados por una conspiración judeo-masónica y comunista internacional!

FISCAL: ¿Dónde están las pruebas que demuestren esa acusación, tolai?

¿Querían los golpistas empezar una guerra civil? ¿Y exterminar a sus enemigos?

JUEZ: [Golpea con el mazo] Orden, haya paz. Quiero ser bien pensado que unos que se proclamaban patriotas no conspirarían con una potencia extranjera si no fuera necesario, quizás para asegurarse su victoria rápida y con el menor número de víctimas posible. ¿Puede ser que los presuntos golpistas no pretendiesen empezar una guerra civil?

FISCAL: No, señoría, eso no es defendible. Es cierto que los conspiradores no contemplaron muchos riesgos. No se imaginaban que el gobierno no caería fácilmente y que los obreros se movilizarían rápidamente para defender la República. Sobreestimaron los apoyos con los que contaban dentro del Ejército y de la Marina y el apoyo de las masas a una sedición militar. Pero aún así sí que contemplaban que podía producirse una guerra civil que durase algunas semanas o meses, y aunque no lo hubieran hecho eso no les habría exculpado de su responsabilidad en empezar la guerra civil. Las pruebas irrefutables de que contemplaron una guerra civil y asumieron perfectamente ese riesgo los que se levantaron proclamando querer salvar a España son numerosos testimonios escritos de los militares traidores y los contratos firmados el 1 de julio de 1936, ¿para qué iban a querer los aviones, cazas y todo el armamento moderno pedido a Italia si no fuera porque se preparaban para una guerra?

Según el periodista del ABC Luis Bolín, que compartió habitación en un hotel de Casablanca con Franco la noche del 18 de julio, Franco le dijo que la guerra sería larga y difícil, mucho más de lo que otros pensaban, pero que al final la victoria sería suya. Incluso si hubiesen mostrado poca resistencia los izquierdistas, los hubieran reprimido y matado. En Galicia, región sometida desde el principio por los sublevados y que por tanto no era ninguna amenaza, mataron a más de 4.000 personas. Tras la guerra civil, entre 1939 y 1945 el régimen franquista ejecutó a 50.000 personas, ¿había alguna necesidad de ello? ¿Suponían un peligro? No. Las pruebas de la voluntad genocida de los sublevados son abundantes tanto antes como durante la guerra.

[Muestra hoja vertical] En la instrucción de Mola del 25 de abril de 1936, escribía: «Se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte y bien organizado. Desde luego, serán encarcelados todos los directivos de los partidos políticos, sociedades o sindicatos no afectos al movimiento, aplicándoles castigos ejemplares a dichos individuos para estrangular los movimientos de rebeldía o huelgas.” El 30 de junio el general Mola le comunicaba a Franco que debían “eliminar los elementos izquierdistas, comunistas, anarquistas, sindicalistas, masones, etc.” [Muestra hoja vertical] El bando de proclamación del estado de guerra en Pamplona el 19 de julio por parte de Mola decía: “Hay que sembrar el terror […] hay que dar la sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros. Nada de cobardías. Si vacilamos un momento y no procedemos con la máxima energía, no ganamos la partida. Todo aquel que ampare u oculte un sujeto comunista o del Frente Popular será pasado por las armas.”

Para responder al rumor de la prensa francesa de que Indalecio Prieto iba a negociar con los rebeldes para terminar el conflicto, [Muestra hoja vertical] el 31 de julio del 36 Emilio Mola dijo en Radio Pamplona: “¿Parlamentar? ¡Jamás! Esta guerra tiene que terminar con el exterminio de los enemigos de España […] Quiero derrotarlos para imponerles mi voluntad que es la vuestra y para aniquilarlos.” A su secretario Mola le dijo: “una guerra de esta naturaleza tiene que acabar por el dominio de uno de los dos bandos y por el exterminio absoluto y total del vencido.” Mola era un monstruo que se atrevía a afirmar empezada la guerra: “Yo veo a mi padre en las filas contrarias y lo fusilo.” Pero es que no era solo Emilio Mola, el resto de militares importantes pensaban igual. Al ser presionado por sus aliados internacionales fascistas para ir terminando la guerra en 1937, [Muestra hoja vertical] Franco dijo: “En una guerra civil, es preferible una ocupación sistemática de territorio, acompañada por una limpieza necesaria, a una rápida derrota de los ejércitos enemigos que deje al país infectado de adversarios.”

[Muestra hoja vertical] El general Queipo de Llano el 18 de julio anunció en la radio: “¡Sevillanos! La suerte está echada y decidida por nosotros y es inútil que la canalla resista y produzca esa algarabía de gritos y tiros que oís por todas partes. Tropas del Tercio y Regulares se encuentran ya camino de Sevilla y, en cuanto lleguen, esos alborotadores serán cazados como alimañas. ¡Viva España! ¡Viva la República!” Luego las tropas de Queipo de Llano mataron a más de 12.000 personas en la provincia de Sevilla, pero bueno, supongo que si gritaban viva España y la República eran unos patriotas. [Muestra hoja vertical] El 23 de julio de 1936 Queipo de Llano difundió en Radio Sevilla la siguiente proclama aprobando y alentando las violaciones de mujeres: “Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y, de paso, también a las mujeres. Después de todo, estas comunistas y anarquistas se lo merecen, ¿no han estado jugando al amor libre? Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad. No se van a librar por mucho que forcejeen y pataleen.”

El coronel Juan Yagüe en Badajoz, con un ejército de legionarios y regulares marroquíes, mató a todos los defensores de Badajoz y llevó a cabo saqueos, violaciones y ejecuciones sistemáticas. En la plaza de toros de Badajoz mató a unas 4.000 personas con ametralladoras en un espectáculo grotesco. [Muestra hoja vertical] A un periodista estadounidense Yagüe admitió la matanza así: “Claro que les disparamos —dijo—. ¿Qué esperaba? ¿Que me llevara a 4.000 rojos mientras avanzaba la columna, contrarreloj? ¿O acaso tenía que haberlos soltado en mi retaguardia para que volvieran a hacer roja a Badajoz?” Según recogió el Diario de Burgos en octubre de 1937, [Muestra hoja vertical] el carnicero de Badajoz expresó frente a un auditorio entre las risas y aplausos del público: “Y al que resista, ya sabéis lo que tenéis que hacer: a la cárcel o al paredón, lo mismo da. Nosotros nos hemos propuesto redimiros y os redimiremos, queráis o no queráis. Necesitaros, no os necesitamos para nada; elecciones, no volverá a haber jamás, ¿para qué queremos vuestros votos?

Primero vamos a redimir a los del otro lado; vamos a imponerles nuestra civilización, ya que no quieren por las buenas, por las malas, venciéndoles de la misma manera que vencimos a los moros, cuando se resistían a aceptar nuestras carreteras, nuestros médicos y nuestras vacunas, nuestra civilización, en una palabra.” Yagüe era un exterminador, pero con una actitud paternalista venía a decir que exterminaba por el bien de los españoles. En términos relativos, los sublevados y Franco asesinaron a muchos más compatriotas que Hitler y Mussolini. El único límite a la represión y a las matanzas estaba en la necesidad de mantener el sistema productivo. Se trataba de cargarse a los antifascistas e izquierdistas más declarados, y destruir la esperanza y doblegar la voluntad del resto. Así se construyó el régimen franquista, a base de matar a miles de españoles, provocar el exilio de otros miles, y condenar a la mayoría al hambre, miseria y represión.

JUEZ: [Pausa con cara seria mirando un poco hacia la izquierda. Después resopla] ¿Algo que decir la Defensa de los acusados ante las declaraciones que ha presentado el Fiscal?

DEFENSA: [Sin no saber qué cara poner]

Alegatos finales

JUEZ: Eso pensaba. Bien, vayamos a los alegatos finales. Les pido brevedad. Tiene la palabra el señor Fiscal.

FISCAL: Creo que he demostrado sobradamente que la Defensa no tiene argumentos para justificar el golpe de estado y la guerra civil que provocaron los golpistas militares y civiles. Las derechas antiliberales, que representaban al viejo orden social de nobles, curas y terratenientes, además de los capitalistas, se levantaron en armas contra un estado republicano y un gobierno socialdemócrata, que eran legítimos porque surgieron por la voluntad popular expresada en las urnas. La guerra civil no fue inevitable, fue el resultado de una conspiración de militares y civiles monárquicos y fascistas ayudados por potencias fascistas extranjeras, que no aceptaban el sufragio universal, ni aceptaban ceder ni un palmo de su posición socioeconómica privilegiada, ni aceptaban una España diferente a la monárquica, católica y caciquil.

Si quieres a España, no puedes perpetuar ni justificar el exterminio de miles de españoles. No puedes traicionar España conspirando con una potencia extranjera. No puedes decir que amas a España si te importa un comino las condiciones de vida y los derechos de la mayoría de españoles y más desfavorecidos. La mayoría de españoles, incluyendo los del bando sublevado, salieron perdiendo, y solo unos pocos vinculados al poder se enriquecieron y ganaron poder con la guerra. Los traidores a España triunfaron, y tras cuarenta años de dictadura y más de cuarenta de democracia, ya va siendo hora de que rindan cuentas ante la historia.

JUEZ: Muy bien. La Defensa puede proceder con su alegato final.

DEFENSA: Reconozco que el Fiscal es diestro con las palabras, como buen propagandista comunista. Pero eso no cambia que la República no llegó por ningún procedimiento legal ni fue votada en las urnas para sustituir a la monarquía, el único régimen legítimo en España. Los rojos que ahora tanto dan lecciones de democracia estaban en contra de ella. Lo demostraron bien los socialistas, comunistas y demás bárbaros rojos al perder las elecciones de 1933 y montar una sangrienta revolución en octubre de 1934, que no fue más que un ensayo del terror rojo que llegaría en la primavera de 1936 y después del glorioso Alzamiento Nacional. Su objetivo último siempre fue una dictadura del proletariado, y había millones de españoles que no iban a tolerar que eso sucediera porque eso significaba su ruina y muerte. Para los rojos la República era un proyecto propiedad exclusiva de la izquierda.

¿Cómo querían que las derechas se sintieran representadas y se quedasen de brazos cruzados? La guerra civil fue culpa de la izquierda por haber excluido a las derechas y atacado a los católicos, a los militares, a los que daban trabajo a la gente. Los rojos eran amigos de los separatistas, masones y judíos, y vendieron la patria a los rusos porque querían sovietizar España. Atacaban la esencia misma de España, y es que España sin la monarquía, la fe católica, y el espíritu imperial vertebrado por el Ejército no es España. La primavera trágica del 36 no fue más que la constatación de que querían llevar a cabo una revolución, y por culpa de los rojos media España no tuvo más remedio que levantarse porque se resignaba a morir.

El Veredicto y discurso final

JUEZ: Bien, pues sabéis qué toca ahora, ¿verdad?

FISCAL: El Veredictoooooo

DEFENSA: El Veredictooooo

[Intro El Veredicto]

JUEZ: Señor Fiscal, no me gustan los amigos de los republicanos. Igual que muchos españoles, siento rechazo hacia los separatistas o los comunistas como usted.

DEFENSA: Bien dicho, juez, sabía que en el fondo eras de los míos.

JUEZ: Pero… Mis simpatías políticas no deben influir en la sentencia de un juicio en un estado de derecho.

[Cara de desconcierto de la Defensa. El Fiscal mira atento sin una expresión clara]

JUEZ: No era un entusiasta de reabrir esta cuestión, porque los protagonistas de aquellos hechos llevan tiempo muertos y me parecía innecesario hurgar en viejas rencillas del pasado. [Pausa y mira a la cámara] Pero me equivocaba.

[Cara de sorpresa e incredulidad de la Defensa. El Fiscal sonríe un poco y asiente satisfecho]

JUEZ: Tenía entendida la guerra civil como una guerra fratricida provocada por los extremistas de un lado y otro del espectro político que arrastraron a una mayoría moderada a la peor tragedia colectiva de España. Pero en vista de las abundantes pruebas sólidas que ha aportado la fiscalía, esa visión ha cambiado. La culpa de un crimen la tiene el agresor, nunca el agredido. No se puede equiparar la víctima con el verdugo, de otro modo se comete una gran injusticia. Ha quedado probado que la República no fue un régimen ilegítimo, sino que surgió de la voluntad popular expresada en unas elecciones municipales planteadas como un plebiscito por monárquicos y republicanos. Ha quedado probado que el Frente Popular obtuvo la mayoría absoluta de forma limpia. Ha quedado probado que, pese a todos los tumultos y desórdenes que pudiesen vivirse en la primavera de 1936, no existía una persecución sistemática de los derechistas o católicos ni desde las instituciones ni desde las organizaciones de izquierda.

Ha quedado probado que el asesinato de Calvo Sotelo no fue un crimen de estado y no influyó ni en la decisión de dar el golpe de estado ni en su fecha. Ha quedado probado que no hubo ningún plan de revolución comunista en España en 1936, y lo que sí hubo fue una campaña de desinformación y de miedo de parte de los militares y civiles que estaban involucrados en los preparativos del golpe de estado para crear un estado de necesidad que justificase la rebelión. Ha quedado probado que hubo conspiraciones monárquicas, antiliberales y fascistas desde que se proclamó la República. Ha quedado probado que los conspiradores buscaron la ayuda de la Italia fascista y el amparo de Portugal, y que la ayuda internacional a los sublevados durante la guerra civil y las trabas a la ayuda exterior que sufrió la República fueron determinantes en la victoria de los rebeldes.

Y ha quedado probado que los conspiradores eran conscientes de que podían provocar una guerra civil, y mostraron una voluntad de exterminar a sus opositores políticos antes y durante la guerra. Los acusados son responsables directos o indirectos de todas las consecuencias de la guerra civil. Por todo ello, declaro culpables de la guerra civil y de todos los cargos imputados a los militares golpistas, civiles, potencias extranjeras y organizaciones que participaron en la preparación del golpe y en el apoyo a los sublevados durante la guerra civil. [Golpea con el mazo]

DEFENSA: ¡Cómo osas…! ¡Esto no es lo que pactamos en la Transición!

[El Juez se levanta. Con voz calmada]

JUEZ: ¡Llévenselo!

[El Juez mira hacia la derecha en silencio, mientras se oye como se llevan y se va oyendo menos la voz de la Defensa]

DEFENSA: ¡Que la maldición de Franco caiga sobre ti y tu descendencia!

JUEZ: Nos reunimos hoy para emitir el veredicto de un asunto trascendental de la historia de España. Se trata de cerrar, de verdad, el capítulo más oscuro de nuestra historia. Las heridas de la historia no se cierran escondiendo la verdad, y los españoles y el mundo entero merecen conocerla.

[Con tono más elevado y firme]

JUEZ: La política es el arte de construir puentes, no abismos. Hoy condenamos el levantamiento fascista justificado con mentiras que atentó contra la democracia, la legalidad, y las esperanzas puestas en una España moderna y más justa. Condenamos la violencia, el odio, la opresión, el totalitarismo, y la intolerancia. Que en la memoria de las futuras generaciones los conspiradores sean recordados como los mayores traidores de la historia de España.

[Con tono triste]

JUEZ: No hay cabida para justificar el dolor infringido, no hay olvido para la sangre y las lágrimas derramadas.

[Con determinación]

JUEZ: ¡Pero este no es un juicio para señalar a la derecha! A las derechas democráticas les digo, ¡ustedes no son herederos de la tiranía fascista ni de sus crímenes! Solo quienes niegan la mayor y justifican a los golpistas se convierten en sus herederos y en cómplices de sus crímenes.

[Con fervor y contundencia]

JUEZ: ¡No justifiquen a quienes se levantaron contra la voluntad mayoritaria de los españoles! ¡No justifiquen a quienes traicionaron a España conspirando con potencias extranjeras! ¡No justifiquen a quienes provocaron la matanza de miles de españoles y arruinaron el país durante décadas!

[Con una pasión rozando el éxtasis]

JUEZ: ¡No deshumanicemos al que piensa diferente! ¡Que la condena de hoy sea un grito de victoria por la libertad y tolerancia! ¡Que de las cenizas de la división surja un nuevo espíritu de fraternidad y amor!

[Más pausado]

JUEZ: ¡Que las lecciones de nuestra historia guíen a estas y a futuras generaciones para construir una España mejor!

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